Washington.— Por primera vez en los últimos 35 años, el ejército de EEUU ha
sido capaz de cumplir sus objetivos anuales de reclutamiento. A pesar de saber que pronto serán
enviados a un escenario bélico, miles de jóvenes se han alistado este año en las fuerzas armadas,
en la mayoría de los casos movidos por la crisis económica y las pocas expectativas que ofrece el
menguante mercado laboral.
En total, el Pentágono ha reclutado este año a cerca de 169.000 jóvenes, un 103
por ciento del objetivo que se había marcado. El anuncio supone un giro de 180 grados a la
situación que vivía el ejército hace apenas tres años, cuando el escenario en Irak empeoraba cada
mes, crecía la oposición popular a la guerra y el gobierno debía rebajar los requisitos mínimos de
alistamiento para poder mantener el esfuerzo bélico solicitado por el presidente George W.
Bush.
Desde que las fuerzas armadas se convirtieron en un cuerpo íntegramente
profesional en 1973 —a la sombra de la guerra de Vietnam—, nunca habían podido cumplir
sus objetivos de reclutamiento, bien sea cuantitativos o cualitativos. Así, pudieron ingresar en el
cuerpo militar miles de jóvenes sin el título del secundario o con problemas de sobrepeso.
Refuerzos de guerra. La noticia fue recibida con satisfacción en las altas
esferas militares. Debido a la larga duración de los turnos en Irak y Afganistán, y de la situación
de estrés que viven los soldados en ambos escenarios, es necesario disponer de refuerzos que
permitan hacer rotaciones. Estados Unidos ya tiene 67.000 efectivos en Afganistán y unos 119.000 en
Irak.
Además de aumentar en número, también ha mejorado el nivel educativo de los
nuevos reclutas. Mientras sólo el 83 por ciento de los soldados en actividad tiene como mínimo el
título del secundario, el porcentaje asciende al 95 por ciento entre los nuevos militares. Gracias
a esta situación, el ejército sólo debió aceptar a un 1,5 por ciento de reclutas que están por
debajo del nivel considerado aceptable en las pruebas de acceso, una cifra que años atrás ascendía
al 4 por ciento.
Según explicó en una conferencia de prensa Bill Carr, uno de los responsables de
la política de reclutamiento, la recesión es una "fuerza" que explica el cambio.
Más incentivos. El militar también subrayó como explicación el descenso de la
violencia en Irak y el hecho de que, en los últimos años, el ejército ha aumentado los bonus que
reciben los soldados tras cumplir sus misiones, lo que puede haber ayudado a atraer a más
jóvenes.
Curtis Gilroy, un funcionario de alto rango del Pentágono, agregó que un
incremento de un 10 por ciento en la tasa nacional de desempleo generalmente se traduce en "una
mejoría en los alistamientos de alta calidad del ejército" de un 4 a un 6 por ciento.
Los reclutamientos, sin embargo, no son baratos. En promedio, las fuerzas
armadas gastan entre 9.000 y 10.000 dólares por recluta, una cifra que incluye el elevado costo de
publicidad y de emplear miles de reclutadores a través del país, dijo Carr. Se calcula que el
ejército gasta mucho más, unos 22.000 dólares por recluta.