La crisis del separatismo catalán le da una chance extra a Rajoy

Unos nuevos comicios en Cataluña, actualmente al borde de la ingobernabilidad, podrían dar margen a Mariano Rajoy a la hora de formar a su vez gobierno en España, tras las elecciones generales celebradas el 20 de diciembre. Sin Ejecutivo catalán, el proceso independentista quedaría bloqueado, al menos temporalmente, lo que permitiría a las formaciones "nacionales" (españolas) contar con más tiempo para negociar sin la presión de un desafío soberanista inminente. España tuvo unas elecciones generales el pasado 20 de diciembre que dejaron fragmentado como nunca el mapa político. Hasta hoy ningún partido reúne consensos suficientes para formar gobierno.

El jefe del Ejecutivo catalán en funciones, Artur Mas, no podrá revalidar esta semana su cargo. Y el 10 de enero se termina el plazo legal para formar Ejecutivo. La CUP, un pequeño partido independentista y anticapitalista que tiene la llave de su investidura, rechazó de manera definitiva darle su apoyo. Aunque todo está abierto, el escenario más probable es que se repitan en marzo los comicios celebrados el 27 de septiembre, convertidos por Mas y su coalición en un plebiscito sobre el inicio de un proceso hacia la independencia catalana.

"Si se repiten las elecciones en Cataluña, el desafío independentista quedaría paralizado durante al menos otros tres meses, lo que permitiría más tiempo para formar un gobierno de la nación estable", analizó el diario El Mundo. El reto secesionista auspiciado por Mas se había vuelto el centro de las negociaciones entre las principales fuerzas políticas españolas. El Partido Popular (PP) del premier Mariano Rajoy ha sido el principal azote del independentismo catalán, al igual que el emergente partido Ciudadanos. El Partido Socialista (PSOE), por otra parte, aboga por una reforma de la Constitución en clave federal para solventar la situación en Cataluña, mientras que el izquierdista Podemos propone un referéndum.

Reuniones. La cúpula del PP, el partido más votado en los comicios españoles, se reunirá hoy para analizar la crisis catalana y abordar los contactos iniciados con otros partidos para formar mayoría en el Parlamento. La semana pasada había apelado a los "principios constitucionales" a la hora de ofrecer un gran pacto a las otras dos fuerzas políticas que defienden la unidad de España: su tradicional adversario, el PSOE, y Ciudadanos. Ayer, el ministro de Sanidad Alfonso Alonso dijo que lo ocurrido en Cataluña debe ser "una lección" para buscar un acuerdo "amplio, de estabilidad y de posiciones moderadas" en España. En caso de que Rajoy no consiga formar gobierno, los socialistas no la tienen fácil para llegar a un acuerdo con Podemos. Esta formación liderada por Pablo Iglesias insiste en mantener una de sus promesas electorales: la convocatoria de un referéndum independentista en Cataluña en el plazo de un año. Y una parte del PSOE no está dispuesto a aceptarlo, especialmente el sector afín a la presidenta de la región de Andalucía, Susana Díaz, una de las dirigentes más fuertes de los socialistas y rival interna del líder del partido, Pedro Sánchez.

Con el "no" de la CUP a Mas, los partidos españoles tendrán que estudiar muy bien el escenario que se abre ante ellos. Unas nuevas elecciones evitarían, en todo caso, una situación sobre la que casi todos habían alertado: la posibilidad de que se produjera un desafío a las leyes españoles por parte de Cataluña con un gobierno nacional en funciones que no pudiera responder de forma contundente, ya que la formación del gobierno en España también sigue en el aire luego del resultado sin un ganador neto del 20 de diciembre pasado.