La Haya.- La Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya emitió ayer órdenes internacionales de detención contra el líder libio Muammar Kaddafi, su hijo Saif al Islam y su cuñado y jefe de la Inteligencia militar, Abdulá al Senussi, por crímenes contra la humanidad desde que estallaron las revueltas contra el régimen.
La CPI, creada por el Tratado de Roma en 1998, convierte a los tres en prófugos de la Justicia internacional y, por ello, teóricamente susceptibles de ser detenidos y extraditados a La Haya. No obstante, Libia, al igual que otros miembros de la ONU como EEUU o Israel, no reconoce su jurisdicción.
La emisión de las tres órdenes de detención es consecuencia de la petición realizada el pasado 16 de mayo por parte del fiscal general de la CPI, Luis Moreno Ocampo, quien aseguró que Kaddafi, "haciendo uso de su poder omnímodo, ordenó personalmente ataques contra civiles libios desarmados".
Entre los crímenes de los que considera a Kaddafi y a los otros dos miembros de su régimen penalmente responsables figura la muerte de, al menos, entre 500 y 700 manifestantes.
Desde la sede de la Otán en Bruselas -que ostenta el mando de la operación "Protector Unificado" en Libia- su secretario general, Anders Fogh Rasmussen, aseguró que las órdenes de arresto "demuestran que el tiempo (de Kaddafi y su régimen) se agota rápidamente".
Poco después de conocer la noticia, en los feudos anti Kaddafi de Bengasi y Misurata, el portavoz rebelde, Mustafá al Gerijani, expresó su alegría. "Ahora ya no hay sitio donde pueda esconderse", dijo en relación al líder libio.
No obstante, dado que la CPI no dispone de un cuerpo militar o policial propio, y teniendo en cuenta que la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas no permite el despliegue de tropas de tierra para una misión de ese tipo, cualquier hipotético intento por detener a Kaddafi y a sus acólitos parece destinado al fracaso.
Además, según estimaciones de diplomáticos en La Haya, las órdenes de detención podrían entorpecer alguna salida negociada al conflicto, porque ahora Kaddafi no estará dispuesto a exiliarse del país, ya que oficialmente es un presunto criminal de guerra en búsqueda y captura. Moreno Ocampo, sin embargo, señaló que no hay alternativa a una persecución judicial. "Para detener los crímenes en Libia y proteger a la población civil, Kaddafi tiene que ser detenido", afirmó.