Llegar a cada vivac representa hacer base en un radio de varias hectáreas. Se realiza sobre superficies totalmente disímiles y allí se atrincheran cerca de 3.000 personas. Pero en cada jornada hay otra realidad que no trasciende como la competencia. Y es que alimentan a 2.200 almas durante las casi 24 horas. Una verdadera odisea a nivel gastronómico. Sobre todo por la logística que plasman con eficacia para que cada día no falte nada en cada comida que se pone a disposición de equipos, asistentes, organización y personal de seguridad.
“Cada uno de los cuatro tipos de platos se elaboran en el día. Es consensuado con el personal especializado de ASO”, explica Fernando Mendilaharzu, argentino y gerente del proyecto Dakar que organiza la multinacional Sodexo.
—¿Cuántos equipos de cocina tienen para todo el rally?
—Tenemos tres enormes cocinas montadas en camiones. Pero van rotando. Es decir que cuando una está en una etapa, las otras van hacia los futuros puntos. Por ejemplo, la que estaba en Uyuni ahora se armó acá (La Rioja). La que cerró en Salta ya se instaló en San Juan (hoy). Y la que estaba en Belén viajó hacia Villa Carlos Paz.
—¿Y cómo trasladan las cosas?
—En camiones. Todo se hace vía terrestre. Por eso, los que vinieron de Bolivia viajaron de lo lindo. Fue el recorrido más amplio.
—¿Cómo distribuyen el personal y cuánto son en cada punto?
—Acorde a las cocinas que tenemos, es decir en tres grupos. Hay 300 personas involucradas en este proyecto con una asistencia de 100 personas por campamento.
—¿Quién selecciona los diversos menúes?
—En realidad, Sodexo le propone a ASO en base a la experiencia de carreras anteriores y a las nuevas recetas una gama de platos. La organización, a su vez, cuenta con un equipo especializado que aprueba o sugiere otras alternativas.
—¿Y ese especialista está en cada vivac?
—Por supuesto. Viene todos los días a probar lo que luego serviremos en las comidas. Si nota que hay algo que no está como quiere o argumentamos en su momento, se modifica enseguida en pos de dar la mejor atención y calidad. Hace el control de calidad.
—¿El hecho de que haya siempre a disposición pastas es porque el menú está basado y pensado para el deportista?
—Seguro. Está orientado al deportista, pese a que la idea es poner al servicio platos de carácter internacional, porque tiene que gustar a todos. Acá además de corredores hay personal que se desempeña en diversas funciones y no tiene por qué consumir fideos todos los días.
— ¿Qué se consume más?
—Agua, sin dudas. Se consumen cerca de 120 mil litros durante el Dakar. Luego gaseosas, cerca de 50 mil litros. Y más atrás cerveza y vino, que básicamente lo toman los franceses porque a ellos les gusta comer con un buen vasito de vino.































