En medio de la tensión creciente con el Frente Progresista, el gobierno de Omar Perotti logró la paz en un frente que amenazaba con escalar: la relación con el bloque del PJ la Cámara de Diputados.
Por Mariano D'Arrigo
En medio de la tensión creciente con el Frente Progresista, el gobierno de Omar Perotti logró la paz en un frente que amenazaba con escalar: la relación con el bloque del PJ la Cámara de Diputados.
Este jueves, el ministro de Gobierno, Roberto Sukerman, y de Gestión Pública, Marcos Corach, tuvieron su primer encuentro con el G6 peronista de la Cámara baja después de los reacomodamientos en el gabinete provincial. La reunión se realizó en la oficina de la bancada en la Legislatura y hubo asistencia casi perfecta. Sólo estuvo ausente Ricardo Olivera: no pudo conectarse para participar en línea del encuentro.
“Fue una muy buena reunión, necesaria”, dijo a La Capital el presidente del bloque, Leandro Busatto.
Y agregó: “Hablamos todos, de todos, y de todo”.
Era un encuentro esperado: hace dos semanas Busatto había dicho a este diario, antes de la convocatoria de la Casa Gris al diálogo político: “Aspiro a que nos llamen antes a nosotros de que se larguen a hablar con los otros bloques. El Ejecutivo tiene que decidir hacia dónde quiere ir y cómo”.
En rigor, los desencuentros entre la administración Perotti y sus diputados vienen desde el año pasado.
“El Ejecutivo decidió priorizar el bloque de poder que venía funcionando en la Legislatura, comenzando con los senadores del PJ y a partir de ahí el radicalismo y sus aliados, pero eso se rompió con lo de Traferri —analizó—. Ahora hay un proceso nuevo: se explora un camino distinto, con un número más reducido de legisladores, pero fortalecido en lo propio”.
La relación con el grupo de seis diputados es clave. Aunque es minoritario en el plano numérico, es un mosaico del heterogéneo peronismo santafesino: contiene a La Corriente, el Movimiento Evita, La Cámpora, el bielsismo, el propio presidente del partido y el espacio de Luis Rubeo, quien se desmarcó ayer del ministro de Seguridad, Marcelo Sain.
Por su lado, también apuestan a contener a Oscar Cachi Martínez, que armó su propio bloque. Lo invitaron a la reunión, pero el dirigente del Frente Renovador estaba en Buenos Aires.
Desde el bloque aspiran a que en esta nueva etapa les habiliten mayor protagonismo en las batallas políticas.
Sukerman indicó a este medio que se trató de un encuentro para “coordinar la agenda legislativa”.
Una opción que se baraja es hacer una reunión semanal de la que participen representantes del Ejecutivo, los diputados y los senadores del bloque Lealtad, que por el momento son cuatro.
De todos modos, el formato todavía no está definido, pero Sukerman indicó que “todos los legisladores de ambas Cámaras que quieran acompañar al Ejecutivo tienen que sentarse en esta mesa”.
Las líneas con el otro G6, el que conduce el senador sanlorencino Armando Traferri, siguen cortadas y no hay perspectivas de que se restablezcan, al menos en el corto plazo.
Como sucede también en la política internacional, los conflictos ordenan el frente interno: se alinean las voluntades y la energía se concentra en la contradicción principal. En este sentido, Sukerman afirmó que en el Ejecutivo están “muy contentos” con la postura de Busatto y otros integrantes del bloque respecto de la polémica montada alrededor de la visita de Sain a la comisión de Seguridad de la Cámara baja.