Latinoamérica es de momento un oasis en medio de la crisis de desempleo que vive el mundo. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en cuanto a la calidad del trabajo. El último informe anual que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgó el domingo pasado, dos días antes del Día del Trabajador, destaca que en la región se ha recuperado el empleo después de la crisis mundial de 2008/2009 y que ha mejorado en 2011 en el índice que la institución elabora sobre riesgo de malestar social, pero solo en unos “pocos” casos ha repuntado la calidad de los puestos laborales. El reporte de la OIT compara los datos de 2007, antes de la Gran Recesión global, con los del año pasado.
El porcentaje de trabajadores cuyos patrones no pagan las contribuciones a la seguridad social ha aumentado en México, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, Honduras y Colombia entre 2007 y 2011, mientras que en Argentina se mantiene sin cambios significativos, según la OIT. Por el contrario, se han registrado progresos destacables a nivel global en Brasil, Chile, Perú y Uruguay, según la organización. También ha habido mejoras en Panamá, Costa Rica, Ecuador, Nicaragua, Paraguay y Bolivia. El trabajo informal afecta al 40% de los empleados en los dos tercios de países del mundo que miden este indicador. En Latinoamérica se calcula que esa proporción llega a la mitad de la población con empleo.
El fenómeno del subempleo, es decir, el hecho de que personas trabajen menos horas que las normales para su actividad, se ha reducido apenas en forma marginal. Así lo demuestran las cifras de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay. El empleo a tiempo parcial ha crecido en México, casi como una excepción en Latinoamérica.
La mayoría de los puestos de trabajo que se crearon en el mundo entre 2007 y 2010 han sido de salarios más bajos que antes de este periodo. Este fenómeno se ha producido en particular en Argentina, México y España, según la OIT. Si se comparan las nóminas de 1995/2000 con las de 2007/2009, se destaca la caída de más del 4% en Alemania y Argentina, de casi el 8% en Honduras y de más del 12% en Panamá.
La mitad de los países latinoamericanos ha puesto en práctica desde 1990 hasta ahora alguna reforma laboral que ha supuesto reducciones de la protección social de los trabajadores, según la OIT. Sin embargo, la organización recuerda que algunos países han dado pasos en sentido contrario para configurar un “mercado laboral más inclusivo” en plena crisis mundial. La OIT señala que en Argentina se adoptaron medidas a favor del empleo a partir de consultas con los diferentes actores sociales y con el objetivo de ampliar la cobertura de la seguridad social. El organismo destaca que el empleo se ha recuperado y la informalidad laboral se ha reducido algo. Brasil es otro ejemplo. En 2009 un consejo multisectorial aprobó medidas para ampliar el seguro de paro y para permitir que las empresas despidieran personal siempre y cuando se hicieran cargo de su capacitación.
El documento de la OIT confirma estudios previos que indican que no hay vínculos claros entre las reformas laborales y los niveles de trabajo en una sociedad. La organización opina que “adecuadas regulaciones del empleo” pueden impactar en forma favorable en la contratación.
Brasil y Chile han mejorado en el índice de legislación de protección del empleo que elabora la OIT. En cambio, México ha mostrado un retroceso en la cantidad de empleados incluidos en convenios colectivos de trabajo. En cuanto al sistema de pensiones, mientras el mundo rico lo recorta, Chile ha aumentado la cobertura y Argentina ha elevado los beneficios que reparte.
Ante el mal desempeño de las economías desarrolladas, las emergentes han impulsado su demanda interna y así es que los salarios han subido entre 2007 y 2011 en China, India, el sur de Africa y Latinoamérica. Esta última región ha sido la que ha logrado las mayores reducciones de la pobreza en términos relativos. La OIT destaca la merma de la cantidad de pobres desde 2007 en Brasil, Uruguay, Venezuela, Panamá, República Dominicana, Perú, Paraguay, Ecuador, Colombia y Honduras. En cambio, la pobreza ha empeorado en Chile, Costa Rica y El Salvador.
A mayor calidad del empleo, menos pobres y más equidad, aunque otros factores también inciden en la ecuación. La desigualdad se redujo en casi toda la región (Argentina, Uruguay, República Dominicana, Perú, Paraguay, Ecuador, Panamá, Brasil, Bolivia y Colombia) si se comparan los datos del periodo 2002/2006 con los de 2007/2011. Las excepciones ocurrieron en territorio salvadoreño, mexicano, costarricense, chileno y hondureño. Estos datos refieren a la inequidad en la distribución del ingreso. Si se toma en cuenta el reparto de la tierra, entonces la desigualdad alcanza cifras muy altas en Brasil, Chile, Colombia, Uruguay y Venezuela, pese a la reforma agraria del gobierno de Hugo Chávez.