En ocasiones Russo da mensajes. Más hacia adentro que para afuera. En un partido ante Tigre de la temporada pasada en Victoria, el equipo jugaba mal y llamó la atención que no hiciera modificaciones. El domingo en Núñez volvió a dar señales, pero esta vez con cambios tempranos. Unos y otras parecen hablar de lo mismo: alertan de un problema y buscan reacción. Porque aunque el torneo recién comienza, la actuación ante River merece atención. Central bajó su rendimiento como para preocuparse.
Hay cuestiones que se cocinan puertas adentro y Russo sabe más que nadie por qué momento pasan sus jugadores. Se trata aquí entonces de analizar sin tener más elementos de lo que ocurre a la vista de todos. En ese contexto, Central evidenció debilidades en el triunfo como en la derrota. Y casi todas apuntan al mediocampo, ya que le costó generar juego y contener.
De la generación... Y Central no generó juego porque Domínguez y Musto tienen características de 5 defensivos, si hasta por momentos parecen molestarse. Sólo el primero dio algún que otro pase con sentido ofensivo. Y cuando ingresó Barrientos como volante adelantado, tuvo que hacerse de la pelota muchas veces de espaldas al arco y quedó claro que precisa más entendimiento con sus compañeros. A su vez, los juveniles (que no lo son tanto) que terminaron jugando, Becker y Aguirre, pareció que lo hicieron a la marcha de la reserva, y fueron muchas veces "comidos" por la marca.
En ese panorama llamó la atención la salida de Medina antes de la media hora. Es cierto que Becker cuenta con más talento, pero el chaqueño había cumplido con esmero el ida y vuelta, y de hecho molestó más a Vangioni que lo que lo hizo su reemplazante, que apenas metió una buena asistencia a Niell, cuando pareció salir del vestuario en el entretiempo mucho más convencido, hasta diluirse.
...al retroceso. Pero además de generar casi nada (Delgado fue el único que pateó al arco y luego asistió a Niell en el penal no cobrado de Chiarini), al mediocampo le costó una enormidad contener. Y el vía libre fue por izquierda, donde llamó la atención que Aguirre retrocediera hacia el centro y no pegado a la banda, donde Mercado y Sánchez tenían vía libre. El juvenil no relevó nunca a Delgado y ahí muchas veces fue Domínguez el que aparecía como lateral izquierdo para cortar.
Además, Pisculichi llevó muchas veces a pasear a Musto, le ganó un duelo que se tornó mano a mano en el complemento, cuando ya Russo había decidido sacar a Domínguez y su marca fue uno contra uno. Tanto fue así que, cuando el volante canalla se quedó con Mora en el pelotazo del segundo gol, Berra dudó entre ir sobre el uruguayo, que era su custodiado, o tomar a Pisculichi, que apareció liberado y aprovechó.
A Becker le costó mucho más la vuelta que a Medina. Lo dicho, a veces resolvió a otra velocidad y, o entregó mal o se la quitaron. Así, Central falló en la tenencia y en la recuperación, por eso la pelota la tuvo casi siempre River.
Los juveniles precisan tiempo y de cuánto tarden habrá una respuesta a las necesidades de hoy de Central. También de cuánto tarden en adaptarse los refuerzos. Y de cuánto tarde Russo en encontrarle la vuelta a este nuevo desafío de reconstruir un sector clave. Un problema que apareció desde el inicio del torneo y que, con sus mensajes del domingo, pareció decir que tiene bien claro de qué se trata.
Una vuelta al trabajo por mucho con hacer
Desde hoy el plantel canalla intentará recuperarse futbolística y emocionalmente, por lo que esta semana de trabajo será de las más largas de los últimos tiempos. Es que habrá mucho para hacer desde lo táctico y, por qué no, mucho por hablar. Pero claro, después de lo que fue la durísima caída ante River, muchas serán las especulaciones sobre el equipo que se pondrá en cancha el sábado, frente a Gimnasia y Esgrima en La Plata. Russo deberá buscar el equilibrio en ese sector para contener mejor y generar más.