"Esperemos que el año próximo haya un referente de la oposición para saber si en
2011 vamos hacia Venezuela o hacia Brasil". Tan brutal como contundente, la frase del presidente de
Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) durante el cierre de la sexta jornada del foro de la
cadena agroindustrial resumió el espíritu de los referentes del sector económico más poderosos del
país: meter presión sobre los opositores para que unifiquen una estrategia que permita derrotar a
Néstor Kirchner.
Los jefes de las principales organizaciones del agro y la agroindustria se
reunieron ayer en Rosario para participar de la ya tradicional cumbre anual. Su virulencia contra
el gobierno ya no mide formas. Como ocurrió en el último coloquio de Idea, el objetivo empresario
de la hora es evitar que la oposición disperse fuerzas luego del 10 de diciembre, cuando asumirán
sus bancas los legisladores electos el 28 de junio pasado. En esa fecha el campo se adjudicó la
victoria pero, lejos de lo que esperaba, durante la transición el oficialismo fue hilvanando una
seguidilla de victorias parlamentarias.
Durante el encuentro realizado los cañones de la dirigencia del agro apuntaron a
evitar la dispersión opositora. De hecho, los presidentes de las entidades que integran la mesa de
enlace se reunieron en Rosario, en el marco del encuentro de la cadena agroindustrial, para
analizar la posibilidad de realizar una marcha y concentración en Palermo el 10 de diciembre para
recibir a los nuevos legisladores.
Marcha. "Estuvimos planificando alguna manera de recibir a los nuevos
legisladores el 10 de diciembre", señaló ayer el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA),
Hugo Biolcatti, luego de la reunión. La movida requiere su esfuerzo de consenso ya que primero los
líderes de la mesa de enlace tuvieron que darse tiempo para discutir sus propias diferencias
internas. De hehco, hubo pases de facturas al presidente de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi,
por la reunión que mantuvo hace unos días con el ministro de Agricultura, Eduardo Buzzi.
El fastidio de algunos de los líderes agrarios, como el ruralista Llambías, al
comentar los resultados de la reunión permiten inferir que las diferencias en el frente opositor no
se limitan al arco político. Igualmente, legisladores viejos y nuevos desfilaron por la Bolsa para
rendir examen ante los empresarios. El diputado de Unión Pro y vicepresidente de la comisión de
Agricultura, Cristian Gribaudo, relativizó los éxitos parlamentarios del gobierno en esta
transición y opinó que la oposición está en un "proceso natural de recomposición" .
Sí advirtió sobre el peligro de que el desembarco de las grandes figuras de la
oposición en el Parlamento "no afecte" la búsqueda de acuerdos entre los espacios
antikirchneristas. El agrodiputado electo Ricardo Buryaile pronosticó que en la agenda
parlamentaria posdiciembre estará la reforma a la ley del Consejo de la Magistratura "para dar
libertad a la Justicia" y la domesticación de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuaria
(Oncca). "Combatir la Oncca es combatir el poder K", dijo, aunque advirtió: "El gobierno va a
luchar porque su opción es el poder o la cárcel".
Examen. Frente a un espacio opositor que los líderes agropecuarios imaginan
dividido en cuatro bloques (el peronismo disidente y Unión Pro, el panradicalismo, el socialismo y
la centroizquierda), el auditorio dirigió preguntas envenenadas al diputado socialista entrerriano
Lisandro Viale sobre las posturas del partido en relación a la política agropecuaria. "¿De qué lado
estás?", faltó decirle.
Llambías y Biolcatti tuvieron a su cargo el cierre. El primero planteó un
panorama sombrío y el segundo reclamó "liderazgo político" frente a una oposición que "ganó pero no
ha sabido unirse.
Weskamp: el fin del desacople