“Luz Milagros ingresó con un paro cardiorrespiratorio, está en estado crítico y todo el equipo de salud del hospital está intentando salvarle la vida”. El escueto parte médico lo brindó ayer por la tarde el director del Hospital Provincial de Rosario, Pietro Belletich. Y a este se agregó uno aún más desolador que dio el ministro de Salud provincial, Miguel Angel Cappiello. “La beba padece una coagulación intravascular diseminada, tiene afectado todos los órganos”.
Ambos médicos se referían así al estado de salud de Luz Milagros Verón Boutet, la chiquita que nació el 3 de abril del año pasado en Resistencia (Chaco) y los médicos dieron por muerta y a quien su madre, Analía Boutet, encontró viva 12 horas más tarde en la morgue del hospital.
La nena y su mamá se encontraban ayer en Rosario visitando a unos parientes. Según precisó el secretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, ayer por la mañana, alrededor de las 6, el Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (Sies) recibió un llamado desde un domicilio de la zona oeste. Los profesionales que se presentaron en el lugar dieron cuenta de que la beba con crisis cardiológica era Luz Milagros. La trasladaron primero al Hospital de Niños Víctor J. Vilela, donde la reanimaron, pero como no había cama la llevaron finalmente al hospital Provincial.
De inmediato amigos y familiares de la familia difundieron la noticia en las redes sociales. “Estamos muy mal, pedimos a todos que renueven las cadenas de oración”, fue lo que escribió una de las tías de Luz en el perfil que la mamá tiene en Facebook.
Advertidos de la mala noticia, funcionarios del gobierno del Chaco aclararon que el viaje no había contado con la anuencia de los médicos que atienden a la nenita porque su estado clínico nunca dejó de ser “delicado”
“El viaje no fue autorizado por las áreas de salud correspondiente, por lo que el aviso de Analía sobre el crítico estado de salud de Luz fue una sorpresa para todos”, le dijo la secretaria social de Gobernación de Chaco, Mariela Guerra, al diario El Norte de Resistencia.
El caso. Luz Milagros nació prematura (pesó 700 gramos) en el Hospital Perrando, de Resistencia (Chaco).
Los médicos que atendieron el parto la dieron por muerta. De inmediato su cuerpo fue colocado en una caja de madera y enviado a la morgue, donde se guardó dentro de una cámara refrigerada.
Casi doce horas después, cuando sus padres quisieron conocer el rostro de su hija, se abrió la caja y notaron que estaba viva. Se advirtió el error de la declaración del fallecimiento. La niña estuvo semanas internada hasta ser dada de alta en agosto de 2012, con 2,345 kilos y un cuadro médico que aseguraba que su cerebro funcionaba al 10% de su capacidad. No fueron pocas las personas de fe que hablaron de “milagro”, tampoco las que señalaron que la niña habría quedado con “secuelas neurológicas serias”.
El mes pasado había alcanzado los seis kilos y logrado respirar sola —aunque con aporte de oxígeno—. Padece de un déficit auditivo, limitaciones motoras y tiene lenta evolución neurológica, por lo que su familia estaba juntando fondos (unos 60 mil dólares) para viajar a China a realizarle un tratamiento con células madre.