El resultado preliminar de la autopsia de Ian Ezequiel Almada evidenció los incontables maltratos físicos a los que fue sometido el nene de tres años antes de morir, desde golpes de puños hasta quemaduras de cigarrillo y latigazos. “Le pegaban de tantos modos... látigos, golpes, quemaduras. Es indeterminada la cantidad de golpes que ha sufrido”, dijo ayer el fiscal Adrián Spelta durante la audiencia, en la que solicitó que la madre, María Ayelén S., de 21 años, y su pareja, Marcos C., de 22, sean imputados de homicidio agravado por el vínculo, una figura que prevé una pena de presión perpetua. En el caso de la madre, señaló que es responsable “aún por omisión”, ya que tenía el deber del cuidado del niño. La jueza Liliana Canavesio mantuvo la imputación de homicidio calificado y dictaminó la prisión sin plazos de ambos.
Ian vivía con su mamá y con la pareja de ésta en una precaria vivienda del barrio Molino Blanco. Durante la madrugada del miércoles, la pareja pidió asistencia a una ambulancia del servicio de emergencias Ecco cuyos paramédicos, tras intentar maniobras de resucitación, trasladaron al chiquito al Hospital Roque Sáenz Peña, donde ya ingresó sin vida.
Sobre lo que sucedió en la casa de Ayacucho al 6700 esa noche, la mujer y el hombre dieron diferentes versiones, y se culparon uno al otro. En la audiencia, María Ayelén S. habló, pero no respondió preguntas. Contó que el padre de Ian era adicto y que “por el consumo” se suicidó cuando el nene tenía apenas cinco meses; y agregó que Marcos C. es su pareja desde hace dos meses y conviviente desde hacía apenas una semana y media.
Autopsia. Si bien el resultado de la autopsia no pudo determinar la causa de la muerte —aún deben realizarse estudios anatomopatológicos—, el resultado preliminar sí evidenció los maltratos físicos que el nene había sufrido, tanto recientes como anteriores. El testimonio del médico forense indicó que la muerte “puede ser por asfixia mecánica o como resultado de múltiples traumatismos externos e internos, que por sí solos tienen entidad para causar la muerte y que lo afectaron a nivel cerebral, intestinal y pulmonar”, y detalló que “las múltiples lesiones se detectaron en cuello, rostro, tórax, pelvis y los cuatro miembros”.
También se detalló que el cuerpo presentaba hematomas propios de golpes de puño y tres quemaduras redondeadas propias de cigarrillos en la palma de una mano, de mediana data. Además, presentaba impregnaciones de sangre en los tejidos del cerebro, propio de golpes sobre la calota craneana que atraviesan la parte ósea y se transmiten al cerebro, y congestión encefálica. Y por golpes en el costado derecho del tórax y en el abdomen, tenía ruptura de vasos pulmonares y contusión intestinal.
Ya en la morgue del Hospital Roque Sáenz Peña, una médica detectó “lesiones de distinta data en toda la extensión del cuerpo: equimosis, lesiones escoriativas y contusas compatibles con un látigo o similar”.
Imputados. El fiscal solicitó que tanto la madre como su pareja sean acusados de “coautores de homicidio intencional mediante el uso de la violencia física”. Planteó durante la audiencia que “encontrándose los dos en el domicilio” golpearon al nene “en forma conjunta, con la clara intención de causarle la muerte o un conocimiento de ese resultado”, por lo que pidió que se los impute de homicidio calificado por el vínculo, una figura que prevé prisión perpetua y la prisión preventiva sin plazos.
En el caso de la madre hizo hincapié en que es responsable “aún por omisión”, ya que tenía el deber de cuidado del niño.
La jueza Canavesio accedió a mantener la figura de homicidio calificado agravado por el vínculo, pero aclaró que “es provisoria”, en referencia a que el hombre no es el padre biológico del nene. Remarcó que “es un hecho cuya gravedad luce indiscutible”, señaló que “la imputación podrá ser por comisión u omisión”, pero dejó en claro que “es imposible que se desconociera el maltrato en un menor con tanto tipo de heridas”.
Aunque la defensa pidió la prisión domiciliaria, la magistrada consideró que “hay una gran pena en expectativa” y que “ninguno de los dos lamentablemente tiene un trabajo estable o arraigo familiar”, por lo que dictaminó la prisión preventiva sin plazos.
“Indudablemente es un caso propio de maltrato infantil. Nada puede dudar de esto. Era un menor de cortísima edad, lo que agrava considerablemente el hecho, ocurrido en horas de la madrugada y donde estaban los tres solos”, concluyó Canavesio.