La amenaza terrorista cambia por completo la agenda de Obama
Washington.— El presidente de EEUU, Barack Obama, regresó ayer a Washington con una tarea
más en su ya apretada agenda: la renovada lucha contra el terrorismo tras el frustrado atentado
aéreo en Navidad, que no sólo trastocó sus vacaciones en Hawai, sino que lo obligó a reelaborar su
lista de prioridades políticas en un país sobre el que vuelve a planear la amenaza terrorista.
5 de enero 2010 · 01:00hs
Washington.— El presidente de EEUU, Barack Obama, regresó ayer a Washington con una tarea
más en su ya apretada agenda: la renovada lucha contra el terrorismo tras el frustrado atentado
aéreo en Navidad, que no sólo trastocó sus vacaciones en Hawai, sino que lo obligó a reelaborar su
lista de prioridades políticas en un país sobre el que vuelve a planear la amenaza terrorista.
Obama escuchó ayer informes de la CIA y se reunió con su asesor jefe en
antiterrorismo, John Brennan. Hoy tendrá un encuentro de alto nivel sobre seguridad, después de
recibir el último día de 2009 un informe preliminar sobre las fallas que permitieron que el
nigeriano Umar Faruk Abdulmutallab tratara de hacer volar el avión en el que viajaba el 25 de
diciembre.
El diario New York Times colocó ayer en el primer puesto de las cinco
prioridades de Obama la revisión de los protocolos antiterroristas y de la seguridad aérea, que
ayer mismo comenzó con medidas más restrictivas en los aeropuertos.
Alerta en aeropuertos. Los viajeros con destino a EEUU enfrentan un incremento de
los controles aleatorios de su equipaje, un procedimiento que será obligatorio para los ciudadanos
procedentes de 14 países sospechosos de terrorismo o de patrocinar el terrorismo, como Cuba, Irán,
Sudán y Siria.
La noticia se dio a conocer el domingo y coincidió con una alerta en el
aeropuerto de Newark, Nueva Jersey, una de cuyas terminales estuvo paralizada varias horas después
de que un individuo entrara sin pasar por los puntos de seguridad en una zona de pasajeros ya
escaneados.
Entretanto, continúan las críticas contra la administración de Obama no
sólo por las fallas en la seguridad —que el propio presidente ha calificado de
“inaceptables”—, sino por sus planes de cerrar la cárcel de Guantánamo y la
decisión de juzgar a Abdulmutallab por la vía civil y no la militar.
“Si hubiéramos tratado al atacante del día de Navidad como un
terrorista, habría sido interrogado inmediatamente al estilo militar en vez de serle concedidos los
derechos de un estadounidense, además de abogados”, lamentó el senador republicano Jim DeMint
en la cadena CNN el domingo.
“Probablemente hemos perdido una información muy valiosa”,
agregó DeMint, en coincidencia con el senador independiente Joseph Lieberman, quien también
calificó como un “error muy grave” la decisión de enviar a Abdulmutallab a un tribunal
federal y no a uno militar.
“Acto de guerra”. El frustrado atentado “fue un acto de guerra.
Debería ser tratado como un prisionero de guerra, estar retenido en un calabozo militar, debería
estar siendo interrogado en estos mismos momentos para sacarle información que nos ayudara a
impedir el próximo ataque o detener a gente en Yemen”, sostuvo Lieberman en la cadena ABC.
“Creo que deberían detenerse de inmediato las liberaciones de
Guantánamo”, reclamó por su parte el senador republicano Kit Bond. Poco después del atentado
fallido al avión estadounidense se supo que dos de los presuntos “cerebros” de ese
ataque, que pertenecen a la rama de Al Qaeda en Yemen, habían estado presos en Guantánamo.
La administración Obama envió el fin de semana a contrarrestar las
críticas a Brennan, quien defendió la decisión de juzgar a Abdulmutallab por la vía civil, con el
fin de sacarle información a cambio de una negociación de su condena, además de reiterar la
posición de la Casa Blanca de que Guantánamo se convirtió en un “instrumento de propaganda
para Al Qaeda”.
Con todo, DeMint, cuyo Partido Republicano ha aprovechado el incidente
terrorista para renovar sus ataques a la Casa Blanca, insistió ayer en que “liberar a más
prisioneros a Yemen (casi la mitad de los presos de Guantánamo son de origen yemení) sólo alentará
a crear más líderes de Al Qaeda”.
Demasiados frentes. La lucha contra el terrorismo no hace más que acumularse sobre
el “plato ya lleno” de Obama, destacó ayer el Times, que recordó que el mandatario
también tendrá que lidiar con el envío de más tropas a Afganistán, a la par que continúa buscando
la recuperación económica del país y reducir la alta tasa de desempleo.
Sin embargo, según subrayó ayer el ex presidente de la comisión
establecida tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, Tom Kean, el terrorismo debe estar en
lo más alto de su agenda. “Hay que convertirlo en una prioridad, sin importar qué otras cosas
estén en lista”, aseveró.