La Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) puso bajo la lupa la comercialización de
caballos de polo y turf, por irregularidades en las declaraciones juradas del impuesto a las
Ganancias y sobre los bienes personales, que implicarían un perjuicio fiscal del orden de 1.225.000
dólares. El ente explicó que se trata de “un negocio que mueve millones y que se encuentra
rodeado por una trama de informalidad, falta de registración de operaciones, evasión de impuestos y
movimientos de divisas, que concentran la atención de los investigadores”.
En un análisis de las declaraciones juradas de los propietarios y
criadores, en los que se evalúa si los ingresos declarados son acordes a los niveles de vida y
gastos que esas personas exhiben, la Afip identificó 144 sujetos que realizaron operaciones por
montos superiores a los 20 mil dólares.
De la investigación surgió que 108 se encontraban inscriptos en el
impuesto a las Ganancias, pero 38 de ellos “no habían presentado la declaración
jurada”, precisó el ente recaudador. Además, se identificaron a 13 contribuyentes que no
tenían el alta en ese impuesto y a 23 monotributistas.
Por otra parte, la Aduana implementó mecanismos de control en cada paso
de la cadena de exportación de pura sangre para polo o turf y detectó que 21% de las operaciones se
registran a precios inferiores a los estipulados en los valores de referencia. Esto es, 302
animales sobre 1.443 ejemplares vendidos de enero a octubre, por 18,3 millones de dólares.
Los valores criterio responden a mecanismos preventivos para combatir la
declaración incorrecta de los precios de las mercaderías que se exportan. Contemplan diferentes
características del ejemplar, por ejemplo su edad, performance, particularidades de la raza y
premios importantes que hayan ganado. Estas cifras, en el caso de los caballos de polo, van de un
mínimo de 5 mil dólares para los que participan en competencias inferiores, hasta 15 mil (también
mínimos) para los de alta competencia.
Para resaltar cómo actuaron los valores de referencia, la Afip destacó
que en 2003-2005 un caballo sangre pura de carrera, segundo puesto de un Premio Carlos Pellegrini y
primero de un Premio Jockey Club, se exportaba a 140 mil dólares, mientras que para el período
posterior a 2007 un equino de performance similar se vendía en 1,2 millón.
El organismo también observó una gran diferencia entre los caballos
ganadores de carreras comunes, que eran vendidos a un valor de tres mil dólares y, luego de aplicar
los precios de referencia, se empezaron a documentar en 600 mil.
Por otra parte, agregó la Afip, “los caballos de polo eran
vendidos al exterior en 1.200 o 1.500 dólares, valores realmente irrisorios, mientras que en la
actualidad se venden a un precio que ronda los 35 mil”.