Jorge Khalil, a quien el fallecido fiscal Alberto Nisman acusó de ser partícipe de la trama de encubrimiento del atentado a la Amia, designó ayer al mediático Fernando Burlando como abogado defensor, mientras la Justicia empieza a trabajar en la desgrabación de la gran cantidad de escuchas telefónicas que fueron utilizadas para denunciar a la presidenta Cristina Kirchner.
En tanto, ayer se hizo efectiva la custodia por parte de la policía federal sobre Ramón Allan Héctor Bogado, a quien Nisman había identificado como presunto agente de la secretaría de inteligencia, lo que luego el organismo desmintió.
Khalil primero hizo llegar un comunicado a un matutino porteño en el cual negó la denuncia y aseguró que su relación con Mohsen Rabbani, ex agregado cultural iraní en el país, y uno de los acusados de perpetrar el atentado, es por cuestiones ajenas al tema Amia.
Ante el juez Lijo, al mediodía, acompañó un escrito firmado por él, en el que designaba a los abogados Fernando Burlando y Fabián Améndola, precisamente los mismos profesionales que el miércoles pasado se presentaron patrocinando al líder de Quebracho, Fernando Esteche, otro de los acusados por Nisman en la trama de encubrimientos.
“Vengo a ponerme a disposición de la Justicia”, expresó Khalil en el escrito.
Durante la jornada, el juez Lijo incluso recibió la visita de autoridades de la Daia (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas), quienes se presentaron para darle su total apoyo, ya que el magistrado por ahora interviene en la denuncia hecha por Nisman en función que él ya venía investigando supuestas irregularidades cometidas en la causa por del atentado.
Lijo retornó de su licencia ante la muerte de Nisman y dispuso medidas para asegurar las pruebas de la denuncia que aquel había presentado, aunque aún debe definir si establece alguna conexión con la causa que él viene tramitando o, caso contrario, la envía a sorteo para que otro juez se haga cargo.
Bogado, cubierto. En la mesa de entradas ubicada en el tercer piso de Comodoro Py, agentes de la Policía Federal se presentaron solicitando información sobre dónde ubicar a Bogado y al ex juez Héctor Yrimia (ver aparte), y sobre el primero el Juzgado aportó una dirección sobre la calle Piedras al 400 de Capital Federal.
El Juzgado se notificó luego de que Bogado ya tenía la custodia asignada, en medio de rumores que hablaban de su eventual salida del país. También pudieron dar con Yrimia.
Por otra parte, el juez y el fiscal Ramiro González están por definir cómo desgrabar las más de 5 mil horas de escuchas telefónicas: puede hacerlo personal del Juzgado, aunque no daría abasto, o bien solicitarlo a alguna fuerza de seguridad. Sin embargo, previamente, se intentará obtener la desgrabación que habría hecho Nisman en su unidad fiscal para acompañar su denuncia con algunos extractos, previo a aparecer sin vida en su departamento.
Un hermano milita en el PRO
El legislador del PRO y vicepresidente de Boca Juniors, Oscar Moscariello, afirmó que Alberto Khalil (el hermano de Jorge Khalil), "forma parte del espacio PRO" y "está afiliado al partido". Aunque intentó desligarse de Khalil al afirmar que "nunca fue" su socio comercial, y que lo conoció en el año 2000 en la Legislatura porteña, cuando "formaba parte como asesor del bloque Encuentro por la Ciudad", y que luego lo contrató como abogado.
“Nisman iba a presentar la denuncia después”
La abogada Marta Nercellas, quien en su momento representó a la Daia, dijo que el fiscal Alberto Nisman le había adelantado hace “unos ocho meses” que iba a denunciar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, aunque le indicó que lo haría luego de que la mandataria dejase el poder en diciembre de este año.
“Sí es cierto. Hace unos ocho meses me manifestó que iba a hacer una denuncia en relación a este tema”, señaló con claridad la profesional.
Y se encargó de agregar: “Me dijo que era realmente muy grave y que tenía pruebas muy importantes que avalaban absolutamente todo lo que él manifestaba. Me dijo que con esta causa tendrían que detenerla a la señora presidente, pero me dijo eso lo iba a hacer después de que deje el ejercicio del poder, porque si no van a creer que es un golpe institucional”.
En declaraciones a un reconocido matutino porteño, la letrada precisó que el fallecido fiscal “tenía su material de investigación debidamente guardado en tres lugares diferentes”.
Nercellas dijo que no sabe por qué Nisman presentó su denuncia hace pocos días y señaló: “A mí me extrañó cuando vi la denuncia, aunque no me extrañó ni el contenido ni la prueba. Sólo me extrañó el momento”.
La letrada indicó que Nisman le dijo que las pruebas que tenía “eran importantes” pero que no le “mencionó absolutamente ninguna” de ellas.
“Pero me dijo que era prueba contundente, con lo que también agregó que él podía salir muerto por esa denuncia, pero que la iba a hacer”, contó.
Y además, subrayó: “A mí no me lo dijo y ahora me da cierta culpa porque me parecía que era una exageración que lo pudieran matar solamente por una denuncia. Yo estoy convencida de que el hecho que denuncia es verdadero, pero no podía creer que iba a resultar muerto”.
El ex juez Yrimia rechazó su custodia
El ex juez Héctor Luis Yrimia volvió ayer a negar la acusación en su contra que formuló el fiscal Nisman, quien lo incluyó como sospechoso del encubrimiento por el ataque a la Amia, y reveló que rechazó la custodia que dispuso en las últimas horas el juez Ariel Lijo para protegerlo.
“No tiene sentido que me custodien. Creo que fue una decisión meditada por el juez Lijo, pero no quiero que se gaste un peso sobre mi persona de parte del Estado porque yo no tengo que cuidarme de nada. Es un gasto innecesario”.
Yrimia afirmó que a Nisman lo conoció en 1993 y lo vio “5 o 6 veces”, mientras que se inclinó por “creer que le dieron información falsa, prometiendo pruebas” que después “no las tuvo”.
Opinó que “si leen” la acusación, “es una denuncia tipo novela”, afirmó que “no existe la tentativa de encubrimiento” y confió en que la acusación en su contra se va a diluir porque “no tiene sentido”.
“Supuestamente fui contratado para hacer una pista falsa” que desinvolucrara a Irán en la masacre por mis conocimientos de la causa Amia”, resumió, pero aclaró que sólo intervino junto a un grupo de fiscales los primeros cuatro meses posteriores al atentado, que en aquel momento la investigación la manejaba el juez y que sólo se analizó la conexión local, por lo que concluyó que “no tenía un conocimiento tan profundo como se cree”.