El presidente saliente de Italia, Giorgio Napolitano, de 87 años, fue reelegido por el Parlamento a pedido de las dos mayores fuerzas políticas, como única salida al atasco político e institucional en que estaba el país. La primera reelección de un presidente en la historia de la república italiana generó la furiosa protesta callejera del movimiento antisistema Cinco Estrellas, del cómico Beppe Grillo, quien denunció “un golpe de Estado”.
“Tenemos que tener en cuenta, como he hecho yo personalmente, que la situación del país es difícil”, declaró Napolitano, en su primera declaración. Napolitano no tenía planeado un nuevo período presidencial, que es de 7 años. Sólo el pedido explícito de los dos sectores mayoritarios del Parlamento y la gravísima crisis política e institucional en la que cayó Italia luego de las elecciones del 24 y 25 de febrero lo decidieron a aceptar.
La reelección de Napolitano, quien en junio cumple 88 años, en la sexta ronda de votaciones con 738 boletas sobre un total de 1.007 electores, fue recibida con un largo aplauso en el Parlamento. Paralelamente, en la plaza externa, manifestantes del Cinco Estrellas de Grillo, gritaban airadamente. “Están desesperados. Se trata de un golpe de Estado. Quieren impedir el cambio”, escribió en su blog Grillo, que instó a una marcha de protesta hacia Roma. Su candidato, el jurista de izquierda Stefano Rodotá, que obtuvo 217 votos, se distanció de la actitud de Grillo.
Napolitano aceptó permanecer en el cargo que ocupa desde hace siete años por la incapacidad de las fuerzas políticas para elegir en el Parlamento a una figura nueva. Napolitano fue reelegido tras el acuerdo entre el Partido Democrático (PD, centroizquierda) de Pier Luigi Bersani y la centroderecha de Silvio Berlusconi, más el apoyo de las fuerzas moderadas del primer ministro en funciones, Mario Monti. “Estoy agradecido por la confianza puesta en mí. El lunes daré a conocer mis planes. Espero que en las próximas semanas todos sabrán cumplir con su deber”, declaró Napolitano. Se cree que puso condiciones para aceptar, como la reforma de la ley electoral, considerada la principal culpable de la actual ingobernabilidad.
Tanto la centroderecha como la centroizquierda recibieron con alivio la designación. “Hoy es un día importante para la república. Agradezco a Napolitano por su espíritu de servicio y su generosidad, por haber aceptado este compromiso en un momento tan difícil”, declaró Berlusconi, quien espera ganar unas nuevas elecciones.
Derrota del PD. La reelección de Napolitano por el Parlamento, que desde el jueves se reunía dos veces al día para votar, ha significado una dura derrota para el partido más importante de la centroizquierda, el PD, que ha quedado al borde de la implosión. A la renuncia anticipada de Bersani, anunciada el viernes, se sumó ayer la de toda la directiva del partido. En vísperas de las elecciones de febrero el PD parecía destinado a una neta victoria y su jefe a ser el nuevo premier. Ahora, una parte importante de sus legisladores votaron repetidamente a Rodotá, el candidato impulsado por Grillo. El caos reina en el PD, después de que el ex primer ministro Romano Prodi, entre sus líderes más prestigiosos, salió “quemado” el viernes de la votación presidencial por la “traición” de nada menos que 101 parlamentarios del partido, contrarios a Bersani.
Los resultados del 24 y 25 de febrero, si bien dejaron a la coalición del PD como primera fuerza en Diputados por un puñado de votos, no le dieron la victoria en el Senado. Un Ejecutivo necesita de la aprobación de las dos Cámaras. A eso se sumó el inesperado éxito del Movimiento 5 Estrellas, que logró el 26% de los votos en Diputados. Desde entonces, Italia vive en un limbo, agravado porque Napolitano, cuyo actual mandato vence el 15 de mayo, se encontró con sus poderes constitucionales disminuidos. Ocurre que en el último semestre el presidente no puede disolver las cámaras y convocar nuevas elecciones. Se supone que luego de la reforma electoral Napolitano convocará a nuevas elecciones.