El jefe de gobierno italiano Enrico Letta se presentará ante el Parlamento este miércoles para pedir una moción de confianza, después de que el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi, Pueblo de la Libertad (PDL), anunciara la renuncia de sus cinco ministros. Estas dimisiones sin embargo aún no han sido presentadas, y cuatro de esos ministros hicieron conocer su desacuerdo con la estrategia rupturista de Berlusconi. Letta se reunió anoche con el presidente de la república, Giorgio Napolitano, y luego presentó su plan de acción en la TV. Tanto Letta como Napolitano se resisten a convocar a elecciones anticipadas, a apenas cinco meses de conformado el Ejecutivo de coalición y a nueve de la última convocatoria a las urnas.
"Evaluamos una situación muy complicada y compleja y decidimos dirigirnos lo antes posible al Parlamento", afirmó tras su encuentro con el presidente Letta. "No me propongo gobernar a cualquier precio", advirtió. En caso de que las dos cámaras del Parlamento no le den su voto de confianza, deberá renunciar ante Napolitano. El gobierno italiano está en una crisis profunda desde que el sábado el PDL anunció la renuncia de sus cinco ministros. El PDL es el principal socio de coalición de Letta, quien es el líder del Partido Democrático (PD).
El trasfondo de la crisis es la inminente expulsión del Parlamento de Berlusconi. Una comisión del Senado, del que es miembro Il Cavaliere, debe decidir el 4 de octubre si le quita el cargo, luego de que fuera condenado a cuatro años por fraude fiscal por la Corte de Casación penal. Todo indica que la expulsión de Berlusconi está ya decidida, y esto llevó al líder del PDL a movilizar a sus legisladores, los que le presentaron su oferta de renuncia en su mansión de Roma. El sábado, y ante una decisión de Letta sobre la agenda fiscal, Berlusconi ordenó la renuncia de sus cinco ministros.
Sin embargo, esta drástica decisión de Berlusconi, acompañado por los exponentes más radicales de su partido, recibió un inesperado rechazo de los directos interesados y de importantes representantes del PDL, claramente disconformes con una estrategia que ven casi suicida. Según consignaba anoche el diario La Repubblica, cuatro de los cinco ministros que deberían renunciar hicieron declaraciones de abierto disenso. Gaetano Quagliariello, ministro de Reformas, afirmó "esperar que nazca una posición diferente" en su partido. "No tengo problemas en entregar la renuncia, pero es evidente que si esto se hace en una sede sin el secretario del partido, ese partido está genéticamente modificado", objetó, y adelantó que a la nueva agrupación, Forza Italia, que acaba de fundar Berlusconi en lugar del PDL, "no adherirá". La ministra Nunzia De Girolamo denunció que "son cada vez más evidentes actitudes radicales que poco tienen que ver con los valores fundacionales". Maurizio Lupi, inminente ex ministro de Infraestructuras también hizo conocer su alarma: "Así no va, Forza Italia no puede ser un movimiento extremista". Y Angelino Alfano, secretario del PDL y ministro del Interior, señaló: "En el partido no pueden prevalecer posiciones extremistas".
La excusa del Cavaliere para abandonar el gobierno es su rechazo al aumento del IVA del 21 al 22 por ciento. Esta suba se producirá por la postergación decidida por Letta de la agenda fiscal, acción tomada a su vez ante la renuncia de los legisladores de Berlusconi. "No podemos apoyar a un gobierno que aumenta la presión fiscal sobre los ciudadanos", declaró ayer Berlusconi, el mismo día en que cumplía 77 años.