En el medio de la operación de prensa lanzada por las usinas oficialistas denominada “Cristina ya ganó”, y de la que impulsan los distintos candidatos opositores, fogoneada por algunos grandes medios, de “Cristina ya perdió”, está el electorado. Y es este, mal que les pese a algunos, quien dará su veredicto en las urnas. Más allá de las puestas en escena y de las sobreactuaciones (“no hay nadie más mentiroso que un candidato en campaña”, sostiene el dicho popular), quién gana y quién pierde en una democracia lo deciden los ciudadanos.
Un análisis desapasionado demuestra que tanto el triunfalismo kirchnerista como el de la oposición tienen fundamentos endebles. Nadie puede cantar victoria antes de que termine el partido. Los recientes resultados en Capital Federal y Santa Fe, y los del próximo domingo en Córdoba (en este distrito el kirchnerismo directamente no tiene candidato a gobernador propio) no son una buena señal para el oficialismo nacional. Y esto creó un clima político adverso al kirchnerismo. Pero de allí a concluir automáticamente que provocará un efecto cascada antikirchnerista en las presidenciales hay un trecho.
¿Por qué? Sólo basta realizar un análisis comparativo de estos resultados locales con las elecciones presidenciales de 2007, en las que Cristina Kirchner fue electa en primera vuelta con el 43,9 por ciento de los votos, para darse cuenta de que no hay que sacar por estas horas conclusiones tan contundentes.
En Capital Federal, por ejemplo, el candidato kirchnerista, Daniel Filmus, obtuvo en la primera vuelta de la pasada elección un 27,78% de los votos y en la segunda cosechó el 36%, perdiendo ante un aplastante 64% de Mauricio Macri. ¿Pero cuánto sacó Cristina en la ciudad de Buenos Aires cuando fue consagrada presidenta? Sólo el 23% por ciento (salió segunda detrás del 37,68% de la fórmula Elisa Carrió-Rubén Giustiniani).
¿Y en la provincia de Santa Fe? Cristina salió primera en 2007 con el 35,5%, pero Carrió le pisó los talones con el 34,08%. Incluso en Rosario se impuso Carrió frente a Cristina (41,59% contra 32,91%). En los recientes comicios del 24 de julio el candidato a gobernador kirchnerista, Agustín Rossi, consiguió apenas el 22,24%, pero la lista de diputados liderada por la también oficialista María Eugenia Bielsa ganó con el 34,70%. ¿De cuál de estos dos porcentajes está hoy más cerca en este distrito la candidatura de Cristina?
El kirchnerismo evidentemente no tuvo ni tiene su fortaleza en las grandes ciudades: en 2007 no sólo fue derrotado en Capital Federal y Rosario, sino también en Bahía Blanca, Mendoza, Mar del Plata y Córdoba. En esta última incluso perdió en toda la provincia (la fórmula conformada por el peronista Roberto Lavagna y el radical Gerardo Morales triunfó con el 35,31% frente al 23,84% del oficialismo nacional).
¿Entonces cómo ganó Cristina en 2007? Se impuso en el resto de las provincias (con excepción de San Luis, feudo de los Rodríguez Saá), pero la elección clave estuvo en el principal distrito electoral del país: la provincia de Buenos Aires, donde triunfó con el 45,91% (el segundo lugar fue para Carrió con 26,05%). El enorme peso electoral del territorio bonaerense, que tiene el 37,3% del padrón de todo el país (lo sigue Córdoba con el 8,71% de los votantes), lo convierte nuevamente en el distrito estratégico de los próximos comicios presidenciales. La gran batalla electoral se librará allí.
Así, las incógnitas que se abren son: qué elección realizará Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires (¿repetirá la anterior?) y qué porcentaje obtendrá en las grandes ciudades aun perdiendo como en 2007.
La fotografía que nos den las primarias del próximo 14 de agosto (donde en los hechos no se dirimen fórmulas presidenciales, sino que sirven para posicionar candidatos) será una aproximación de lo que pasará en las generales del 23 octubre, ya que pondrá en evidencia cuál es el verdadero ánimo del electorado respecto del gobierno nacional y de la oposición.