Un geriátrico privado de Villa Constitución está cuestionado por supuestos maltratos a una interna por parte de una encargada, según una denuncia radicada en la policía local y derivada al Juzgado en lo Penal Correccional de esta ciudad, a cargo de Marisol Usandizaga, que ya ordenó un allanamiento, que se ejecutó semanas atrás, y por estos días recibe testimonios y espera algunas diligencias encomendadas al municipio. Autoridades del "hogar de larga estadía" —tal como se lo define— ubicado en Mendoza y Sarmiento, niegan las acusaciones y las atribuyen a un "ensañamiento personal" de la denunciante con la denunciada y por ello montó una campaña de difamación de la institución.
María Hortensia Bruselario (51) tenía a su mamá internada en el geriátrico. Según relató a LaCapital, 28 de abril último radicó una denuncia policial contra la enfermera encargada del hogar, a quien su madre sindicó como la responsable de unos moretones que luego se constató que tenía en las piernas y de reiterado maltrato psicológico.
Al día siguiente, la magistrada ordenó un allanamiento del lugar. "Se tomaron fotos del geriátrico, donde había en ese momento 17 internos repartidos en cuatro dormitorios. La higiene y seguridad del lugar era relativamente buena. Se hizo además un relevamiento del personal, y en ese momento no estaba la mujer acusada de las supuestas agresiones, y que en la denuncia se la identifica con un apodo", comentó Usandizaga a La Capital.
"El personal presente fue llamado a declarar y resta identificar con nombre y apellido a la acusada, para citarla formalmente al juzgado, lo cual ocurrirá seguramente la semana que viene", estimó la jueza. Por otra parte, solicitó informes al municipio en cuanto a la situación del hogar de larga estadía, en lo que respecta a habilitaciones, requisitos y situación laboral del personal.
Testimonios. Bruselario pretende con su denuncia y exposición pública del caso de su mamá generar una movida social de manera que "se pare con el maltrato en ese geriátrico, que viene desde hace mucho tiempo. A los abuelos les pegan en las piernas y en la cola con toallas mojadas, esta mujer (la denunciada) los empuja, los hace caer, los insulta. Les dan poca agua para que no usen tantos pañales y así se deshidratan; les gritan, no los dejan dormir la siesta para que no se levanten ni molesten a la noche".
"Amenazan a los abuelos y a los familiares para que no hablen. Además, los directivos tienen conexiones políticas y por eso consiguen todas las habilitaciones. Además, las empleadas están registradas como mucamas y no como enfermeras, pero ejercen como tal", dijo la denunciante, y aseguró que "hace unos diez años esta mujer (la acusada) ya fue denunciada por maltrato. Incluso tengo entendido que tiene prohibido entrar al geriátrico, pero lo hace igual".
La denunciante contó que "hay cuatro testigos y ahora se suman dos más, entre ellos, profesionales que trabajaron en el geriátrico, una familiar de un abuelo fallecido, empleados de reparticiones públicas y personal que trabajó en el lugar, dispuestos a corroborar todo lo que yo digo".
"Mi mamá ahora está en casa, ha mejorado mucho, se puede movilizar y repite: «qué suerte que acá no me pegan»".
Carátula. A la hora de caratular el caso, la jueza Usandizaga lo denominó como "lesiones leves", lo cual no conformó a Bruselario ya que le pareció "muy tibio" y porque "no se tiene en cuenta el maltrato psicológico". Por ello increpó a la jueza, quien le explicó que "los moretones que se constataron en las piernas de su madre son considerados de esa manera. Se habla de «lesiones graves» cuando el daño físico requiere de una recuperación de más de treinta días, cuando imposibilita su movilidad, sea permanente o signifique riesgo de vida. En todo momento me guié por el Código Penal: lo determinado no es caprichoso ni antojadizo", remarcó la magistrada en diálogo con este matutino.