Los países de Sudamérica estallaron en indignación por el tratamiento dado por tres países europeos al avión presidencial boliviano la noche del martes, ante versiones de que escondía al fugitivo estadounidense Edward Snowden, y convocaron a una reunión de presidentes para para condenar el hecho.
Bolivia acusó directamente a Estados Unidos de estar detrás de la inusual medida, que consistió en negarle el paso al avión del presidente boliviano cuando volvía de una cumbre de países gasíferos en Rusia. El presidente en ejercicio Álvaro García calificó la acción como un "secuestro" del presidente Morales.
La noche del martes, Francia, Italia y Portugal negaron el tránsito al avión presidencial, que debió aterrizar en Viena, Austria. Al no poder sobrevolar ninguno de esos países, la aeronave estuvo en un aeropuerto austríaco haciendo escala forzada hasta que Francia le habilitó ayer a la mañana su espacio aéreo. El avión reanudó su viaje, con escalas en España y Brasil.
Morales había dicho en Moscú que estaba dispuesto a evaluar la solicitud de asilo del ex agente estadounidense Edward Snowden, que se encuentra en un limbo legal en el aeropuerto de esa ciudad y es reclamado por Estados Unidos por divulgar información secreta.
La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) expresó "su indignación y profundo rechazo por tales hechos que constituyen actos inamistosos e injustificables que, además, han puesto en serio riesgo la seguridad del jefe de Estado boliviano y la de su comitiva". El bloque, formado por Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela, pidió explicaciones de y convocó a una reunión ministerial en Lima para hoy. A su vez, los presidentes de Argentina, Ecuador, Uruguay y Venezuela planean reunirse también hoy en la ciudad boliviana de Cochabamba.
Reacción de Cristina."Definiti vamente están todos locos. Jefe de Estado y su avión tiene inmunidad total. No puede ser este grado de impunidad", fustigó la presidenta argentina en su cuenta de Twitter, en una serie de posteos frenéticos mientras los hechos se sucedían. "Vestigios de un colonialismo que creíamos totalmente superado. Creemos que constituye no solamente una humillación a una nación hermana sino también al continente sudamericano", agregó.
Bolivia, por su parte, denunció a Francia, Portugal, España e Italia ante la ONU por la "violación de derechos fundamentales" del presidente y su comitiva y convocó a sus embajadores en La Paz para presentar una queja.
En Viena, al parecer hubo una inspección del avión. El vicecanciller austríaco, Michael Spindelegger, dijo que Morales negó personalmente que Snowden estuviera a bordo y aceptó una inspección voluntaria. "En base a esta invitación de Bolivia un colega subió al avión, miró todo y no había nadie más a bordo", dijo Spindelegger. Sin embargo, el ministro de Defensa boliviano, Rubén Saavedra, precisó que Morales se había negado al ingreso de autoridades austríacas. De todas formas, el presidente de Austria, Heinz Fischer, se presentó en el aeropuerto para saludar a Morales. Este resaltó el gesto del mandatario austríaco. La aeronave presidencial finalmente partió ayer e hizo escala en la isla española de Gran Canaria. En Madrid, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró que España en ningún caso prohibió al presidente boliviano aterrizar en territorio español la noche del martes, y que tampoco es verdad que solicitase registrar el avión como condición para darle paso.
Desde Gran Canaria y después de cargar combustible, el avión partió hacia su próxima escala en la ciudad brasileña de Fortaleza, adonde llegó anoche. Se esperaba que el presidente aterrizara en La Paz poco después. Mientras Morales estaba en ruta hacia su país, las autoridades bolivianas convocaron a una concentración para recibirlo.
"Agresión imperial".Los gobiernos de Brasil, Venezuela, Nicaragua, Cuba y Uruguay, entre otros, condenaron el incidente. "Nuestra palabra solidaria con el hermano pueblo de Bolivia, cuyo digno patriota Evo Morales está siendo objeto de una agresión imperial, es una agresión contra América latina toda", declamó el ministro de Comunicación de Venezuela, Ernesto Villegas. En un tono más mesurado, la presidenta brasileña Dilma Rousseff se declaró "indignada" y señaló que las relaciones entre Sudamérica y Europa quedaron afectadas por el insólito episodio.
A pesar de todo, el ministro boliviano Saavedra dijo que finalmente Francia, Portugal, Italia y España habían colaborado para que el presidente finalmente viajara ayer. "Eso muestra con claridad que implícitamente están reconociendo el grave error que cometieron", sostuvo.
El gobierno boliviano, mientras tanto, recibió de Estados Unidos una solicitud de extradición de Snowden, si éste llegara al país, según el canciller David Choquehuanca.