El joven que acompañaba a Matías Ratari la madrugada del 16 de abril pasado, cuando en un incidente aún confuso lo mataron de un balazo efectuado desde un departamento del tercer piso de Cochabamba 329, se presentó ayer para declarar como testigo en la Fiscalía de Homicidios y terminó acusado de robo simple por asaltar a los familiares del tirador en al puerta del edificio, minutos antes del disparo letal. El muchacho, identificado como Franco P., negó haber cometido un robo, dio otra versión de los hechos y quedó en libertad porque no tiene antecedentes penalesy no se constató el uso arma en el supuesto atraco. Se trata de un nuevo mojón en la investigación del caso que será abordado hoy en la audiencia imputativa contra Lucas Emanuel F., quien admitió haber realizado el disparo desde el balcón del departamento que alquilaba su novia y se entregó el martes tras permanecer diez días prófugo.
Desde el balcón. Ratari tenía 22 años y trabajaba en el taller de motos de su padre, en Pueyrredón al 1400. La madrugada del sábado 16 de abril recibió un disparo en el hombro izquierdo, entre las 5 y las 5.30, en circunstancias que desde el principio se presentaron confusas. Primero se dijo que le había disparado su cómplice, con quien habría discutido tras asaltar a cuatro personas que esperaban un remís frente al edificio de Cochabamba al 300.
Esas personas son allegados y familiares de Lucas Emanuel F. que salían de festejar el cumpleaños número 23 del joven en el departamento de su novia. Con el correr de las horas esa versión se descartó al constatarse que el disparo partió del balcón del tercer piso. El departamento fue allanado y se encontró un arma calibre 9 milímetros sin numeración y con balas de teflón que Lucas admitió haber disparado.
Una nueva voz. En ese contexto, la voz de Franco P. estuvo ausente de la pesquisa hasta ayer. El muchacho se presentó a declarar como testigo en la Fiscalía de Homicidios y terminó imputado por robo simple pero en libertad. El fiscal Rafael Coria (interviene en suplencia de Marisol Fabbro) lo fichó y le ordenó consignar un domicilio fijo. Según informó la Fiscalía, fue acusado porque familiares de Lucas F. le endilgan un robo: la madre del muchacho asegura que le sustrajeron un celular y un reloj.
El joven negó haber cometido el asalto y en cambio planteó una situación "de discusión, no de robo", según dijo una fuente del caso a este diario. Como no está corroborado el uso de un arma por parte de Matías y Franco, y como éste no cuenta con antecedentes, quedó en libertad aunque no fue desvinculado de la causa.
Los detalles de su declaración probablemente se conocerán hoy en la audiencia imputativa de Lucas F., quien se entregó el martes tras diez días de búsqueda. En una nota con LaCapital admitió haber efectuado el disparo: dijo que vio desde el balcón cómo un muchacho tenía "aferrada" a su madre del cuello y entonces, desesperado, fue a su cuarto, tomó el arma y disparó "al bulto" para ahuyentar a los agresores. Según la versión de su defensor, Marcos Cella, Lucas actuó en "legítima defensa" mientras su madre y otros allegados eran asaltados por Ratari y Franco P.
Audiencia. La cita para hoy es a las 8.30 en una sala del nuevo sistema de audiencias penales ante el juez Alejandro Negroni. Primero será la instancia de constitución como querellante de Luis Ratari, padre de Matías, quien es representado por los abogados Paul Krupnik y José Nanni. El hombre sostiene que su hijo no estaba robando sino que a lo sumo hubo "una discusión" con quienes luego denunciaron el presunto robo en la seccional 4ª. Ese trámite les permitirá a los querellantes intervenir activamente en el segmento posterior de la audiencia, cuando la fiscalía le impute a Lucas F. haber provocado la muerte de Ratari.
La atribución sería la de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la portación de un arma de guerra. Luego se discutirán medidas cautelares, es decir si el muchacho permanece detenido durante el curso de la investigación (actualmente está alojado en la seccional 10ª), si queda en libertad o si obtiene alguna morigeración de la prisión preventiva.