En una audiencia "muy interrumpida", según la propia descripción de la jueza Raquel Cosgaya, tres sospechosos de integrar una banda que se dedicaba a robos tipo escruche y entraderas en las ciudades de Rosario, San Lorenzo y Casilda fue sentada en el banquillo de los acusados. Los tres hombres fueron detenidos el martes pasado por la Policía de Investigaciones (PDI) de la Región II en allanamientos realizados en seis domicilios de Rosario y uno de Pueblo Esther. A lo largo de cuatro horas de audiencia, en la que se debió resolver un hábeas corpus presentado por la defensora oficial Marianela Diponte por el vencimiento del plazo de 48 horas de detención de los sospechosos sin ser acusados, los detenidos fueron escuchando la imputación que les hizo la fiscal de Flagrancia Valeria Haurigot. Los tres recibieron distintas imputaciones.
Roles e imputaciones.Primero fue el turno de Nicolás René R., de 27 años, a quien se lo acusó de ser datero en el robo de la casa de la pareja de su abuelo, fallecido hace tres meses. Según la acusación, el mencionado le brindó a Leonardo Sebastián Z. los datos para que con su gavilla asaltara la casa de su abuela política ubicada en el piso 17 de un edificio de Buenos Aires al 2500, en Rosario, el 16 de septiembre pasado. Al muchacho la fiscal lo acusó de robo calificado en lugares poblados y en banda y después de un acuerdo entre las partes —los defensores del muchacho fueron José Nanni e Ignacio Carbone— Nicolás R. se fue de la sala con una morigeración de prisión por 90 días.
Tras dos horas de espera, fue el turno de Leonardo Z. y David Emanuel V., quienes a la mañana tuvieron audiencia en los Tribunales de Casilda. Al primero se lo acusó por robo calificado en lugares poblados y en banda, delitos contra el orden público, asociación ilícita, delitos contra la administración pública con una prisión preventiva de 50 días. Y al segundo, al que se lo acusó de encubrimiento simple, le dieron una preventiva de 20 días. David V. fue defendido por la defensora oficial Diponte.
En el macrocentro. Dos cosas quedaron bien claras ayer a la mañana en la sala de audiencias 2 de los Tribunales provinciales. Primero, la complejidad que acarrea la acusación de una banda que se dedica a robos en banda de modalidad entradera y escruche fundado principalmente en escuchas telefónicas y en informes de inteligencia policial. Segundo, lo desorganizada que puede volverse por momentos la implementación del nuevo sistema procesal penal.
El hecho que se ventiló fue el robo del que fue víctima una mujer de 73 años la mañana del 16 de septiembre último. Entonces la mujer fue sorprendida por tres hombres, a los que no les vio armas, pero que en todo momento la amenazaban al grito de "afuera tenemos un montón de negros armados". Tras maniatarla de pies y manos con trozos de sábanas, la retuvieron una hora y le llevaron 60 mil pesos, 6 mil dólares, 400 euros, elementos de electrónica, alhajas y relojes y la documentación de su auto, un Fiat Punto. Por ese caso fueron acusados Nicolás R., el nieto político de la mujer, y Leonardo Z., sindicado por la fiscal como "jefe de una asociación ilícita", calificativo que la jueza Cosgaya desestimó. Z. fue defendido por el abogado Carbone.
Celular bajo escucha.La investigación sobre la banda nació a partir de la interceptación de un celular robado en una entradera que, según la acusación, comenzó a ser utilizado por Leonardo Z. antes del robo de calle Buenos Aires al 2500. Ese teléfono fue captado por una antena ubicada a una cuadra de la vivienda asaltada. Siempre según la acusación, Z. y el datero Nicolás R. mantuvieron al menos cuatro llamados mientras era robado el departamento de calle Buenos Aires. Eso fue fortalecido por escuchas y contactos en redes sociales detectados a los tres sospechosos. Haciendo foco directamente sobre Z., cuyo hermano está prófugo, la fiscal fue a más y lo acusó de integrar una asociación ilícita que cometió robos desde el 24 de agosto pasado en San Lorenzo, Rosario y Casilda. Leonardo Z. fue acusado por dos hechos de robo calificado en Casilda y le dictaron una prisión preventiva de 50 días. La acusación fue objetada por el abogado Carbone y su defendido dijo a viva voz: "Soy inocente de lo que se me acusa".
Tres horas y media después de comenzada la audiencia, y tras la resolución del hábeas corpus, David V. escuchó que se lo acusaba de encubrimiento simple ya que en el allanamiento a su casa se hallaron elementos de dudosa procedencia. La defensora Diponte aportó en la audiencia los comprobantes que la familia de V. le acercó como constancia de que había sido comprados dentro de la ley. Pero la situación del muchacho se complicó debido a que el domingo pasado, en jurisdicción de la seccional 11ª, fue detenido por la PDI cuando circulaba en un auto junto a un hombre armado que es investigado por escruches y entraderas. La acusación también se fortaleció con la mención de la "amistad" del sospechoso con otros de los involucrados en la red social Facebook. Cuando tuvo la palabra, David V. dijo: "Soy amigo de los pibes desde chiquitos. Por eso los tengo en Facebook". La investigación continúa.