Con la imputación de un electricista, la causa judicial que investiga la muerte del músico Adrián Rodríguez en el Café de la Flor, en octubre pasado, sumó ayer un tercer acusado por la Fiscalía. Esta vez, se trata del técnico que habría desconectado el interruptor diferencial del tablero principal, por lo que la fiscal de la Unidad de Homicidios Culposos del Ministerio Público de la Acusación, Valeria Piazza Iglesia, le atribuye ahora haber violado el "deber de cuidado" y, de esa forma, contribuido al homicidio culposo del bajista de Raras Bestias.
La tragedia se desencadenó durante la madrugada del 12 de octubre de 2015, cuando en medio de un recital de la banda de rock en el boliche de Mendoza al 800 el bajista, de 35 años, tocó el micrófono ubicado sobre el escenario y recibió una primera descarga, para caer fulminado después de que su pie volviera a tocar el equipo.
Las pericias —llevadas adelante por especialistas de la Universidad Nacional de Rosario— determinaron luego que el disyuntor del tablero se encontraba colocado, pero sin cables, es decir desconectado de la red eléctrica, y había sido reemplazado por una llave térmica. La diferencia entre los dos implementos es crucial, ya que sólo el primero, el cortacorriente, protege a las personas de una electrocución.
El primer imputado en la causa por homicidio culposo, a sólo dos semanas del accidente, fue el dueño del Café de la Flor, Ariel S, a quien se acusó por no haber garantizado las condiciones para el recital.
El segundo, el mes pasado, fue un inspector municipal de la Secretaría de Control y Seguridad Ciudadana, Pablo A., a quien Piazza Iglesia le atribuyó el delito de "incumplimiento de los deberes de funcionario público" puesto que había sido el último en fiscalizar las instalaciones del lugar antes del siniestro y difícilmente pudiera no haber advertido sus deficiencias.
Y como resultaba clave también saber quién había estado a cargo del mantenimiento eléctrico del bar, la fiscal reclamó reiteradamente a los responsables los datos del electricista que había concretado ese trabajo.
Según detallaron ayer fuentes judiciales, la identidad del electricista nunca se informó hasta que recién la semana pasada la defensa del dueño del café refirió al técnico por su nombre de pila. Con ese dato, la fiscal pudo averiguar a través de una inmobiliaria y de gente vinculada al bar de quién se trataba.
Así, el electricista Fernando Gabriel C. se transformó en el tercer imputado por el homicidio culposo de Rodríguez y ayer por la mañana compareció a la audiencia imputativa junto a la defensora oficial, Eleonora Verón. El hombre, de 34 años, quedó acusado de haber actuado con "negligencia, impericia e inobservancia del cumplimiento de deberes" como electricista, "cuyos servicios fueron requeridos para tareas de reparación y mantenimiento".
Para Piazza Iglesia, "con sus conocimientos técnicos (el imputado) debía saber que un elemento de seguridad eléctrica como es un interruptor diferencial no debe estar desconectado, ya que implica un grave riesgo para la vida de las personas que puedan estar en contacto con cualquier parte del sistema eléctrico del lugar o elementos conectados al mismo".
Con esta nueva imputación la Fiscalía confía en poder presentar la acusación en una audiencia preliminar ante el juez, quien deberá resolver si la causa se tramita o no en un juicio oral.