En realidad, los Scorpions iban a retirarse este año, pero llamó a su puerta MTV y en septiembre grabaron un concierto en acústico bajo el cielo azul de Atenas.
En realidad, los Scorpions iban a retirarse este año, pero llamó a su puerta MTV y en septiembre grabaron un concierto en acústico bajo el cielo azul de Atenas.
Mañana, el “MTV Unplugged” sale a la venta como doble CD y DVD en 50 países. En una entrevista con la agencia de noticias DPA, el vocalista de la legendaria banda alemana, Klaus Meine, habla de este proyecto y sus planes para el futuro. “Ignoro mi edad por completo”, asegura en medio de una sonrisa.
—En el marco de la crisis, muchos griegos se sienten humillados por Alemania, uno de sus grandes acreedores. ¿Por qué eligieron Atenas para grabar el concierto?
—Desde los años 70 tenemos fans en Grecia que aprecian mucho nuestra música. Por eso nos pareció bien apoyar a nuestros fans en este momento de tensión política y presentar Grecia al mundo de forma distinta a como se lee en las páginas políticas y económicas de los periódicos. Cuando uno toca fondo se demuestra quiénes son tus amigos.
—En junio cumplió 65 años. ¿Tras cuatro décadas sobre los escenarios, de dónde saca la energía para seguir ofreciendo show?
—Ignoro por completo mi edad. Ya no hago el doble salto desde el rack de la batería y hace tiempo que enterramos nuestra legendaria pirámide. Pero los jóvenes que vienen a vernos nos transmiten muchísima energía y surfeamos por una ola de emociones. Vamos a toda velocidad y creo que no necesariamente salta a la vista que el uno o el otro supera las seis décadas de vida.
—A Keith Richards se le notan los excesos de la vida como estrella del mundo del rock. ¿Los Scorpions trasnochan menos que los Rolling Stones?
—Para nada, está en los genes de la generación de nuestros padres, que quizá hicieron que tengamos mejor aspecto. Esta puede ser una teoría, ¿no?
—¿Lleva una vida sana?
—Los Stones no se dejaron nada. Se han ganado cada una de sus arrugas en su larga vida de rockeros. Nosotros seguimos, pero sin drogas.
—En la vida de un rockero también está presente el cliché de novia joven. Usted lleva desde 1977 con su mujer, Gaby. ¿Cuál es el secreto para que una relación dure?
—A ella le importa tan poco como a mí cuántas velas hay sobre la torta de cumpleaños. Y siempre nos pareció importante distinguir entre las apariencias y lo que uno realmente es. En este circo del rock, con sus clichés de groupies y orgías, es esencial que el uno confíe en el otro y saber siempre a quién tenés al lado.
—¿Cómo logra mantener los pies en el suelo cuando lo aplauden miles de fans en todos los continentes?
—Vivimos toda esa locura de los jets privados, limusinas, escolta policial y guardaespaldas. Pero luego bajas del avión en Hannover (Alemania) e intentas volver a eso que llaman vida normal. Aún escuchas los gritos de los fans, es una sensación bonita. Pero al mismo tiempo intentas respirar hondo y dejar atrás toda esa locura del rock ‘n’ roll. Además, no me levanto cada mañana a mirarme al espejo y decirme: “Buenos días, estrella del rock.”
—Tras su gira de despedida, con 200 conciertos, han anunciado que siguen en la brecha. Aunque este año hubo muchas menos actuaciones. ¿Tiene ahora tiempo para algún hobby?
—Si me tuviera que buscar un hobby es que algo va mal. Intento volver a tomar las riendas en casa y ver a viejos amigos.
—Se rumorea que los Scorpions actuarán en la inauguración del Mundial de Fútbol 2014 en Brasil. ¿Hay planes concretos?
—Si nos llaman, allí estaremos. En 2012 tocamos en Sudamérica, allí tenemos fans fieles, la mayoría de nuestros 4,2 millones de seguidores en facebook son sudamericanos. La edición brasileña de Rolling Stone preguntó a sus lectores a qué banda del festival Rock in Rio de 1985 querrían volver a ver, y Scorpions resultó la primera, antes que AC/DC o Queen.