Una serie de huelgas y protestas paralizó ayer parcialmente a Francia, donde alrededor de 2.100 taxistas bloquearon las principales rutas y accesos a los aeropuertos a la vez que los controladores aéreos y casi seis millones de empleados públicos realizaron paros simultáneas contra ajustes que afectan sus salarios.
Bajo la consigna "Ya basta de austeridad", miles de empleados públicos manifestaron ayer en varias ciudades franceses para reclamar por la pérdida de poder adquisitivo y contra la reforma escolar, mientras que los taxistas que protestaban contra la competencia de los servicios no tradicionales obtuvieron una reunión de concertación en Matignon, la sede de gobierno del primer ministro Manuel Valls.
En el aeropuerto de Orly, en las afueras de París, un hombre resultó herido en la pierna al ser atropellado por un colectivo cuyo conductor avanzó a través del bloqueo de los taxistas, informó la policía, que precisó que 14 personas fueron detenidas por diversos incidentes, principalmente por incendiar neumáticos para cortar calles y los accesos a la capital francesa.
Además de las complicaciones para llegar a los aeropuertos, uno de cada cinco vuelos dentro y fuera de Orly, así como también en el principal aeropuerto de Francia, Charles de Gaulle, fueron cancelados debido a una huelga de los controladores aéreos que reclaman mejoras salariales y laborales.
Paralelamente, unos 5,6 millones de funcionarios públicos se sumaron al "martes negro" francés con una contundente huelga en rechazo a las reformas laborales implementadas en septiembre pasado por el gobierno del presidente socialista, Francois Hollande, que afectan el salario y la promoción profesional.
Docentes de escuelas primarias y de jardín de infantes reclaman un aumento en sus haberes para hacer frente a la inflación que, sumada a la congelación en 2010 del índice utilizado para el cálculo de los salarios ha costado a los funcionarios públicos una pérdida del 8 por ciento de su poder adquisitivo.
Los sindicatos que llevan adelante las más de 120 huelgas alrededor de todo el país subrayaron que la protesta también es para poner fin a la destrucción del empleo en Francia, donde desde 2007 a la fecha, un total de 150.000 puestos de trabajo han sido eliminados, principalmente en el sector hospitalario.
Además de las protestas de taxistas, funcionarios públicos y controladores, también los agricultores salieron a las calles de Francia en rechazo al bajo precio que los distribuidores y las principales empresas de alimentos pagan por sus productos y la ganadería.