El Mercosur logró ayer sólo sumar a Venezuela en una declaración de
desconocimiento a las autoridades surgidas de las elecciones de Honduras del 29 de noviembre y
resolvió revivir las negociaciones comerciales con la Unión Europea (UE), que estaban estancadas
desde hace cinco años.
Ambos temas concentraron la atención de los presidentes que tomaron parte de la
trigésima octava Cumbre de Jefes de Estado del bloque sudamericano que se desarrolló en la capital
uruguaya.
Por medio de un comunicado leído por el mandatario Tabaré Vázquez, el Mercosur y
Venezuela fijaron posición al pronunciar un "enérgico rechazo" al golpe que destituyó al presidente
Manuel Zelaya y el desconocimiento de las autoridades surgidas de las elecciones del domingo
pasado.
De ese modo, el bloque sudamericano se diferenció del gobierno de Estados Unidos
que reconoció a las nuevas autoridades, y de un grupo de países latinoamericanos proclives a seguir
la posición de Barak Obama.
La presidenta Cristina Fernández, quien asumió la presidencia pro témpore del
Mercosur, definió al golpe hondureño cómo "cívico-mediático", y aseguró que los jefes de Estado "no
reconocemos la legalidad de los comicios ni a los que surgieron de la ilegalidad".
Pero en este caso, Brasil como líder regional logró sumar al venezolano Hugo
Chávez en contra del nuevo gobierno del conservador hondureño Porfirio Lobo, ya que ni México, ni
Chile, ni Perú, ni Colombia se sumaron a la iniciativa.
Chávez se trabó en duro debate con la canciller de México, Patricia Espinoza, al
asegurar que es "preocupante" la posición de ese país, que sostiene que las elecciones son una
"condición necesaria pero no suficiente" para la solución de la crisis política del país
centroamericano (ver aparte).
El paraguayo Fernando Lugo afirmó: "Nos quieren presentar a un golpe de Estado
como una vía apta para el proceso democrático".
Por otra parte, Cristina Fernández anunció la iniciativa para retomar las
negociaciones con la Unión Europea (UE) por un acuerdo de libre comercio. Fernández precisó que se
trata de un entendimiento que tiene una demora de 23 años, aunque en realidad, la decisión de
analizar esa asociación se comenzó a hablar en 1994, luego de la firma del tratado de Ouro Preto,
que convirtió al Mercosur en una Unión Aduanera.
El acuerdo será impulsado a su vez en Europa por el español José Luis Rodríguez
Zapatero, que tendrá la presidencia rotativa de la Unión Europea en el próximo semestre, y se
buscará ir avanzando por capítulos dejando para lo último lo relacionado con la apertura
comercial.
De hecho, un grupo de empresarios que se reunió en el edificio Torre Ejecutiva,
donde tuvo lugar la cumbre, emitió un documento de apoyo al nuevo intento negociador.
En otro orden, la presidenta argentina prefirió durante su estadía en Uruguay
bajarle el tono al conflicto de las pasteras y se rehusó a contestar preguntas sobre ese tema en el
marco de la cumbre, aunque comenzó a abonar el terreno para una solución con José Mujica, quien en
calidad de presidente electo participó en el encuentro.
La mandataria desistió de permanecer en Montevideo por unas horas más para una
cena que ofreció Mujica, pero aseguró que volverá el 1º de marzo para la asunción de su colega (ver
aparte), luego de declarar abiertas las sesiones del Congreso argentino ese mismo día por la
mañana.
Los K, en la jura de Mujica