“Vemos en 2015 un mundo complicado por la persistencia de políticas neoliberales y un país que intenta aplicar medidas contracíclicas para que el impacto sea el menor posible”, disparó el presidente del Banco Credicoop y diputado nacional por Nuevo Encuentro, Carlos Heller, al describir el panorama para la economía local.
El legislador y banquero no desconoció que la Argentina se enfrenta a una coyuntura difícil pero la uso en el contexto de una fuerte recuperación estructural en la última década. “Cuando uno mira los padrones de afiliados de la UOM, Smata o la construcción se ven cuántos trabajadores con empleo formal hay hoy”, enfatizó y consideró que frente a una situación negativa, la respuesta no puede ser “ajustar y recortar gastos y subir las tasas de interés y hacer lo que se hizo en Argentina hasta el 2003”.
El legislador —referente de uno de los bloques aliados al gobierno nacional— defendió los avances económicos de la última década pero también planteó los temas pendientes. Y se mostró confiado en que se resuelvan en el corto plazo.
Sobre uno de los temas más calientes de 2014, el titular del Banco Credicoop expresó su apoyo a la estrategia del gobierno nacional frente a los fondos buitre y consideró que “si la Argentina hubiera pagado el fallo del juez Thomas Griesa habría volado por los aires” debido al crecimiento exponencial del volumen de deuda del país que hubiese significado acatar una decisión de ese tipo.
“Todos hubieran venido por la Rufo”, dijo en referencia a la cláusula que se incluyó en los canjes de deuda de 2005 y 2010 por la cual se prohíbe pagarles más a los holdouts, por lo que se crea una igualdad de condiciones para aquellos que entraron o no a los canjes”.
Durante un encuentro con periodistas realizado el fin de semana pasado en el complejo que el Credicoop tiene en Chapadmalal, Heller consideró “indispensable” una negociación con el conjunto de los holdouts, que representan el 7% de los acreedores que no ingresaron al canje de deuda y no sólo con los fondos buitre que accionaron contra el país.
El diputado elogió la estrategia del gobierno y señaló que “está reconocido por la comunidad internacional que lo que dice la Argentina es justo”, en tanto consideró que el país “no va a pagar lo que los buitres quieren”.
“Casi no queda nadie que no diga que es inadmisible que un 7% de los acreedores pueda interferir de esta forma. La comunidad mundial considera que lo que Argentina dice es justo”, subrayó Heller al tiempo que indicó que “para el gobierno hubiese sido fácil pagar con bonos cuyos vencimientos quedarían a cargo de otra gestión, pero no tiene voluntad de dejar una herencia que no sea sustentable”.
Sobre la suba de la inflación que durante todo este año golpeó el bolsillo de los argentinos, el diputado nacional por Nuevo Encuentro consideró que no se puede evaluar la suba de precios “sin analizar las ganancias de las empresas”. En ese sentido, sostuvo: “El principal enfoque es buscar las causas de la inflación y las distorsiones que la provocan”.
Por otra parte, consideró necesaria “una reforma financiera profunda” y si bien reconoció que “el gobierno avanzó muchísimo en la lucha contra la evasión”, todavía queda mucho por hacer.
Heller volvió a abogar por la reforma de la ley de entidades financieras vigente —la 21.526 que es un resabio de la dictadura militar en 1977— y señaló que Alejandro Vanoli al asumir la presidencia del Banco Central reflotó el tema y dijo que hay que cambiar la actual ley. El diputado presentó un proyecto de ley de servicios financieros hace cuatro años donde pone al usuario en el centro de la escena y tiene la expectativa que pueda tratarse durante 2015.
Los dólares. Frente a la restricción externa y la particular situación que se dio este año en la comercialización de granos, Heller sostuvo que hay que poner en marcha una junta reguladora para establecer un precio sostén que defienda al productor agropecuario y también se mostró a favor de “medidas públicas para regular el valor de los arrendamientos” y hacer que la actividad sea rentable.
“No es lo mismo vender la soja a 550 dólares la tonelada que a 350 dólares. Las decisiones que algunos han tomado, inducidos por líderes que han orientado esas decisiones, les costó miles de millones de dólares a los productores y al conjunto de los argentinos. No creo que nadie siembre para coleccionar, no son plantitas del jardín que me gusta tener. Estamos hablando de soja, maíz y trigo que se siembra para vender y básicamente exportar”, reflexionó.
Heller recordó que los productos agrícolas casi duplicaron su volumen de producción en el último tiempo y que se agarró un pico fenomenal de precios mundiales en alza, pero ahora aunque ese ciclo se revirtió “el precio de la soja medido a nivel histórico sigue siendo alto” y por eso la rentabilidad de los productores en tierra propia sigue siendo elevada.
“Porque el mismo campo que en 2001 valía mil dólares la hectárea ahora vale 15 mil, por la rentabilidad. Es un círculo vicioso que requiere medidas públicas, de lo contrario el tema no se resuelve nunca. Si la rentabilidad estaría bajando de verdad el precio de la tierra volvería a bajar, es lo que pasa en Argentina y en el mundo entero”, explicó el diputado aunque reconoció que ahora el negocio es menos rentable.
En rigor, dijo que sobre la base de “que se desaprovechó una oportunidad por especular con la devaluación los productores se perdieron 2 mil millones de dólares”.
En este punto habló de las ganancias de los bancos y con algunos números del sistema financiero sobre la mesa explicó que “la rentabilidad como factor determinante en donde el empresario trata de ganar lo que más puede” es una cosa, pero si se entiende como un servicio es otra. “Si dejas que el mercado decida, el prestador cobrará lo máximo que pueda, si regulas le das un sentido diferente. Por otra parte, no se puede defender la idea de libre mercado y pretender que los bancos presten barato”, advirtió.
En tanto, Heller también planteó la necesidad de una reforma fiscal integral. Si bien defendió la aplicación del impuesto a las ganancias para la cuarta categoría porque se trata de los salarios de mayor ingreso, dijo que hay que corregir las escalas y explicó que la solución es actualizarlas al ritmo de las paritarias. También habló de la distorsión que genera un impuesto como ingresos brutos.