Entró como un rayo hacia el vestuario. No hubo necesidad de consultarle nada segundos después de haberse sellado el clásico. Eduardo Coudet fue el primero de la fila india auriazul en meterse a boxes. Rostro serio y mirada fija. Caía de maduro que el empate no le había sentado nada bien porque Central cedió un escalón más en la escalera al título. El Chacho se tomó su tiempo en la intimidad. Y después de más de una hora salió para dialogar con los medios, ya con otro semblante. Al menos para el mundo exterior. "La verdad es que necesitábamos ganar, pero mientras estemos con chances vamos a seguir peleando”, expresó el entrenador como para sentar postura de cara a lo que vendrá, que será sin dudas muy complejo de conquistar.
En la zona del vestuario canalla reinaban las caras largas de algunos directivos y esa inmensa comitiva que siempre los acompaña. Por más que algunos se esforzaban para ofrendar otra postura, en el interior estaban golpeados porque estaban ilusionados con ganarle otra vez a Newell’s y seguir bien prendidos en la zona 1 del certamen local, que ahora tiene a Godoy Cruz y San Lorenzo un poco más alejados.
"No estoy contento porque salió un partido malo. Hubiese sido para bien del espectáculo que se hubiese dado de otra manera. El partido fue malo. Muy cortado. La pelota voló mucho. Obviamente no me voy contento porque no me gusta empatar los clásicos”, respondió un reflexivo Coudet con marcados síntomas de impotencia.
El Chacho declaraba lo más políticamente correcto que podía en una jornada que no será una más en el calendario canalla. Porque el 0 a 0 no le sirvió mucho deportivamente, ya que le agregó una nueva función sin poder ganar. Fue la cuarta presentación sin triunfos fruto de dos igualdades y dos derrotas en serie. Y para un equipo con aspiraciones serias es mucha desventaja.
Por eso el entrenador canalla optó por remarcar que "mientras las chances estén, seguiremos luchando”. Claro que se podría tomar también como una frase decorosa para que la guillotina no caiga en estos momentos con todo el peso sobre la ilusión, sea del plantel como del hincha. Sobre todo porque pasado mañana comenzará el duelo a partido y revancha de la Copa Libertadores ante Gremio de Porto Alegre.
Si bien es cierto que este plantel viene padeciendo algunas ausencias que terminan influyendo en el engranaje y su posterior funcionamiento, también es verdad que de antemano se sabía que Central tenía doble competencia. Llegaron seis caras nuevas, pero sólo Sosa y Herrera están demostrando estar a la altura, pese a que ayer debutó con un aprobado el Colo Cetto.
"Tenemos varias bajas importantes”, sostuvo en varias ocasiones el Chacho como para tratar de argumentar el flojo presente del equipo. Luego se metió al vestuario y al rato asomó ya para dejar el Coloso en el último lugar de la fila india canalla junto a su amigo y colaborador, el Chino Garcé. Mientras tanto, el grueso de la tropa que comanda, a excepción de Sosa y unas pocas palabras de Ruben (ver aparte), se fue sin formular declaraciones a la prensa y con la sensación de haber perdido una gran oportunidad para seguir manteniendo viva la llama de la ilusión en el torneo local.