El cadáver de un joven de 23 años fue hallado ayer al mediodía en aguas del río Paraná, a unos 400 metros al sur de los silos Davis, a la altura de calle Dorrego. El muchacho estaba desaparecido desde el viernes a la tarde luego de tirarse junto con un hermano al río, a la altura de bulevar Oroño, mientras escapaban de una persecución policial ya que los acusaban de haber asaltado a una pareja. Sus familiares denunciaron ayer a la mañana el hecho en la Fiscalía regional, donde remarcaron que los uniformados les arrojaron piedras a los jóvenes mientras trataban de salir a flote —el que fue detenido y luego liberado tiene cinco puntos de sutura en la cabeza por una herida— y luego se desentendieron de su estado de salud.
Aunque con matices que lo diferencian de los casos de Gerardo Escobar y Franco Casco, otra vez el río Paraná en la franja costera central de Rosario se convierte en escenario de un hecho con zonas grises donde se investiga la conducta agentes de la policía provincial.
Denuncia. La Fiscalía regional recepcionó ayer la desesperada denuncia de los familiares de Alejandro Gastón "Kiki" Ponce, un joven de 23 años que el viernes a la 17 llegó con su hermano Luis, de 25, a la barranca del Paraná a la altura de bulevar Oroño. Según ellos, estaban allí porque habían ido a pescar. Pero de un acta policial y una imputación posterior se desprende que se refugiaron en la zona luego de haber sido denunciados por un robo simple (sin armas) contra una pareja que paseaba por la zona.
Más allá de esa circunstancia, el dato más grave radica en que según una tía y el propio Luis, hubo una agresión con piedras de parte de los policías, además del posterior abandono de persona de Alejandro, quien fue visto por última vez flotando con el agua a la altura de la cintura mientras un policía lo observaba a pocos metros.
La cronología indica que al salir del río y quedar acorralado, Luis fue capturado por agentes del Comando Radioeléctrico y trasladado a la comisaría 3ª. Hasta esa seccional llegó a la 1 de la madrugada del sábado Liliana Ponce, una tía de los jóvenes, quien alertó sobre la desaparición de Alejandro.
Audiencia. El domingo el fiscal Mariano Ríos Artacho le imputó la coautoría del robo. "El acta policial indica que robaron sin emplear armas el celular y una billetera a una pareja de 16 años", dijo el fiscal. Luis enseguida rompió en llanto y contó que nada sabía de su "hermanito" Alejandro, quien entonces se encontraba desaparecido. Luego de un cuarto intermedio, el fiscal informó a la jueza Marcela Canavesio que el Ministerio Público de la Acusación estaba al tanto de esa situación y la estaba investigando.
Pero en ese mismo momento Luis hizo saber al Tribunal que tenía una lesión en la cabeza, con cinco puntos de sutura. Pero además afirmó que el corte se lo habían provocado los policías que lo detuvieron, ante lo cual el defensor público Juan Pablo Nardín solicitó que se investigue la actuación de los uniformados. En tanto, defensa y fiscalía llegaron a un acuerdo para que el acusado transite el proceso bajo libertad controlada por su madre.
A pescar. Desesperados por no tener novedades de Kiki, Luis y su madre, la tía y la esposa, se presentaron ayer a la mañana ante el secretario de la fiscalía de Investigación y Juicio, Leandro Trangoni, para denunciar el episodio. Mientras esperaba declarar y aportar "fotos y videos y el nombre de varios testigos" a la fiscalía para que corroboren su relato, la tía de los jóvenes contó a LaEN_SPACECapital lo que escuchó de boca de personas que observaron la secuencia el viernes a la tarde.
"Ellos fueron a pescar a los silos con un tío. Los corrió la (policía) motorizada y los acorralaron contra la costa. Los chicos se tiraron al río, Luis nadó hacia adentro bastante, pero Alejandro quedó cerca porque no podía. Mientras tanto un policía les tiraba baldosas mientras y le decía «dale, salí que te estoy esperando acá». Tengo testigos de eso", contó Liliana.
Su relato tiene coincidencias con el de Luis. "Mi otro sobrino —continuó la tía— logra salir a una especie de muelle y ahí lo atrapan. Tiene un corte re-profundo en la cabeza que demuestra que les tiraron piedrazos. Ahí alcanza a ver que su hermano estaba con el agua a la altura de la cintura y un policía cerca. Grita y el policía le contesta: «dejá de gritar que tu hermano ya se fue»".
Pero Liliana remarcó que en ese momento un testigo observó cómo el policía "le tiraba otro piedrazo a Alejandro, que se cae como desvanecido" al agua. Y en ese sentido aportó un dato inquietante y contradictorio: "En el acta (policial) dice que salió corriendo y se fue. Pero entonces no se entiende por qué la policía llamó a Prefectura Naval para que lo buscara", planteó.
Piedras. Al salir de una entrevista con Trangoni el propio Luis reforzó lo que dijo Liliana. "Estábamos pescando en la parte esa plana, al costado de los silos. Vino un policía y nos gritaba. Nos tiramos al río pero mi hermano se hundía y me pedía que lo ayudara. Mientras, nos tiraban piedras; mirá el corte que tengo", mostró el muchacho este diario mientras dejaba ver una cicatriz en el cuero cabelludo.
El joven relató que aunque se metió varios metros adentro, no podía resistir el peso de la ropa. Logró volver a la orilla y se tomó de la baranda de una escalera. Mientras tanto, alentaba a su hermano para que flotara. "Pedíamos por favor ayuda para no ahogarnos, pero los policías nos gritaban «dale, ahogate, hijo de puta»", relató el muchacho, y agregó: "«Dale», le decía yo a mi hermano, «mové las manos y los pies». Cuando llegué a la orilla me agarró un policía, y veo que mi hermano había salido un poco y ya tenía el agua casi en las rodillas. Otro policía estaba cerca de él en la barranca, como a cinco metros. Ahí es cuando me llevan y yo le pregunto dónde estaba mi hermano, y uno me contestó «dejá de gritar que tu hermano se fue corriendo»".
Hallazgo. El cuerpo de Alejandro fue hallado ayer pasado el mediodía por personal de Prefectura a unos 400 metros al sur de los Silos Davis, donde había sido visto por última vez. Luego fue trasladado al Instituto Médico Legal para la realización de la autopsia.
La investigación del caso, luego del hallazgo, recayó en el fiscal de Homicidios Miguel Moreno. Asimismo, según pudo saber este diario, la situación respecto del accionar policial también está en manos del departamento Judiciales de la Unidad Regional II y de la oficina de Violencia Institucional y Corrupción policial de la Fiscalía Regional.