-Más de una vez sonó tu nombre solo o cuando estabas en dupla con Gregorio Pérez para dirigir a Central y nunca se dio. ¿Te ves algún día dirigiéndolo?
-Más de una vez sonó tu nombre solo o cuando estabas en dupla con Gregorio Pérez para dirigir a Central y nunca se dio. ¿Te ves algún día dirigiéndolo?
Me parece que Central es una motivación para cualquier entrenador. Si a eso le sumamos que conozco el club por dentro y sé lo que realmente es, no tengo dudas de que me gustaría dirigirlo. Entiendo que hay momentos, pero seguramente los caminos de Central y el mío se van a juntar. No sé si será pronto o dentro de mucho tiempo, pero no tengo dudas de que en algún momento nuestros caminos se van a volver a cruzar.
—Cuando eso ocurra lo tendrás que convencer a Guillermo para que sea tu colaborador.
Eso es lo de menos (risas).
Gustavo Barros Schelotto se empapa de sinceridad. Pone el sentimiento por encima de todo y sueña. Y no lo hace desde un lugar estrechamente emparentado con un simple anhelo. Más bien todo lo contrario. Le apunta a ese desafío porque, como bien dice, conoce las entrañas de Central pese a que su estadía en Arroyito fue de sólo dos años. Ocurre que ese corto tiempo le alcanzó para tomarle cariño a un club "que me abrió sus puertas" y a una hinchada que le brinda un cariño que a él mismo le cuesta entender y considera en cierta medida "injusto".
El mano a mano con Ovación tiene un motivo especial: su presencia en el Gigante cuando esta noche Lanús visite al equipo de Coudet. ¿Cuáles son sus sensaciones cada vez que eso ocurre? "Es algo muy lindo. Por el paso que tuve, por el cariño que le tomé al club y el que me brinda el hincha. Yo lo vivo así, pero ir a la cancha de Central es especial para cualquier entrenador", dice el Mellizo, quien vistió la casaca canalla entre 2002 y 2004. Y agrega: "Ni hablar de lo especial que resulta ahora con este presente de Central".
Si hay algo que no olvida, y repite a cada instante, es el reconocimiento de los hinchas: "Cada vez que me encuentro con un hincha de Central viene a saludarme. Y la verdad es que no sé si es justo porque dentro de la cancha no sé si alcancé a darle tanto. No puedo dejar de reconocer esa voz de cariño, de la que siempre voy a estar agradecido".
—¿Por qué decís que no es justo?
No sé. Lo que pasa es que los hinchas de Central son así. Aceptan a los que ellos quieren, son intensos y cuando uno está en la ciudad puede advertirlo, incluso para aquellos que no son un producto genuino de Rosario como yo. La gente vive las cosas de una manera muy particular y se lo hacen vivir así a los jugadores.
—¿Central fue un paso importante en tu carrera, uno de los que más te marcó?
Fue un paso muy bueno. Recuerdo que llegué sobre el cierre libro de pases, era un viernes y ese mismo día Central, con el Flaco Menotti, le ganó a San Lorenzo. Realmente lo que sucedió después fue mucho mayor a las expectativas que tenía. De hecho me quedé pese a los inconvenientes que había, no sólo institucionales sino también económicos. Lo hice porque siempre me hicieron sentir muy cómodo y porque era el lugar donde quería estar. En el segundo torneo, ya con Miguel Russo, tuvimos la posibilidad de hacer un gran torneo, que nos dio la posibilidad de entrar a la Copa Libertadores y la verdad es que esos dos años fueron muy buenos.
—¿Te pudo haber marcado también haber disputado un clásico, con todo lo que eso significa?
Sí, porque mucha gente habla, pero hay que vivirlo para poder sentirlo. Además tuve la posibilidad de ganarlo. A uno a veces le hacen la pregunta en esto de comparar los clásicos, que de por sí jugué varios en el país, pero un Central-Newell's es verdaderamente un clásico.
—Cuando te fuiste de Central llegó Coudet. ¿Lo conocés, tenés algún tipo de relación?
Lo conozco porque coincidimos en algún lugar de vacaciones. Nunca tuve una relación estrecha, pero sé perfectamente quién es. Le tengo admiración, respeto y la verdad que logró poner a Central bien arriba. Hoy uno ya deja de pensar que se trata de una racha, sino una realidad que Central juega bien. La verdad es que es un gran mérito.
—¿Cómo analizás hoy a Central como equipo?
Lo veo muy bien. Vinieron jugadores de categoría y experiencia europea y a eso se le sumó el aporte de varios juveniles, que también son necesarios. Muchos de estos chicos mantienen un nivel alto y eso hace que Central tenga un gran equipo.
—¿Tiene alguna similitud este Central con el Lanús de los Barros Schelotto?
Creo que sí. Tácticamente hay partidos en los que hemos jugado de la misma manera. Pero más allá de la táctica uno ve que Central tiene la idea de jugar bien y de hecho lo logró en unos cuantos partidos. Eso me parece que es lo más importante, por encima de si ponés dos o tres delanteros. Me parece que este Central pudo jugar ordenado en canchas realmente difíciles.
—O sea que hay promesa de buen espectáculo para el partido del sábado.
Ojalá. Uno siempre espera que su equipo juegue bien, que logre desarrollar alguna jugada con la que pueda dañar al rival.
En principio van a estar frente a frente dos equipos que intentan jugar bien.