Los dirigentes que vienen pateando los distintos campamentos opositores en pleno verano en busca de armar un gran frente opositor recibieron esta semana un guiño importante desde Buenos Aires: el de Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de gobierno porteño se reunió este lunes en Caba con el presidente del PRO Santa Fe, Cristian Cunha, una señal tanto para el heterogéneo campo no peronista como para el interior del partido fundado por Mauricio Macri.
“Con Horacio charlamos sobre las posibilidades de la conformación de un frente antikirchnerista en la provincia —dijo Cunha a La Capital—. Coincidimos en que la única manera de cambiar la realidad y ganar no sólo el país sino también la provincia es estando juntos con los que tenemos los mismos valores”.
La que picó en punta con la idea de formar una gran coalición opositora fue la UCR. En realidad, no es una idea nueva: tras la doble derrota de 2019 —nacional y provincial— las distintas tribus radicales se encontraron en el llano y se propusieron primero ordenar el partido para luego ser los articuladores de un frente XXL.
A fines del año pasado pisaron el acelerador. El presidente del bloque de la UCR en la Cámara de Diputados de la provincia, Maximiliano Pullaro, planteó sin rodeos “romper el Frente Progresista” para que alumbre una nueva experiencia política.
Cunha, referenciado en el diputado nacional Federico Angelini, aseguró que en el PRO santafesino tienen “el mismo objetivo y el mismo ánimo” que en el radicalismo. Y agregó: “Ya hicimos esta prueba en San Guillermo, donde la intendenta interina es Romina López, presidenta de la juventud del PRO de la provincia. En el frente está el radicalismo, que tiene un desarrollo territorial importante. Fue lo que usó el socialismo para llegar al gobierno de Santa Fe”.
Precisamente, hoy el Partido Socialista aparece como el principal escollo para que cristalice la alianza. En la primera línea del PS juran tanto en on como en off que no quieren saber nada con lo que llaman “un rejunte electoral”.
Para Cunha el discurso socialista del PRO como límite es de consumo interno de las distintas corrientes que circulan en el partido de la rosa. “Nuestro límite es el kirchnerismo, que es lo que le hace mal a la provincia y al país —fustigó—. A la gente no le interesan las peleas entre políticos, hay que trabajar pensando en la sociedad. Hay que tener un poco de grandeza”.
Tensión interna
Otro foco de conflicto es con el sector que lidera el vicepresidente del Concejo rosarino, Roy López Molina. La semana pasada, desde el sector del edil le salieron al cruce en redes sociales a Eduardo Macchiavelli, secretario general del PRO a nivel nacional, integrante del gabinete porteño y —dato no menor— armador político de Larreta, por su intención de replicar en Santa Fe el esquema electoral porteño, del que forma parte el PS. Claro está, en Caba el socialismo es un socio menor de la coalición que hegemoniza el PRO.
En el partido marcan una contradicción: advierten que López Molina busca posicionarse como una de las caras del “larretismo santafesino” pero su línea es opuesta a la del jefe de gobierno porteño, que participó ayer de una reunión virtual con el ex presidente Mauricio Macri y la presidenta nacional del PRO, Patricia Bullrich (ver aparte).
Con todo, el titular del PRO santafesino le bajó el precio a la polémica: “De 56 concejales, sólo dos están afuera de la conformación de autoridades provinciales. Creo que prevalecerá la cordura y Roy participará del frente, pero si no lo hace habrá otros dirigentes que han tenido muy buenos resultados en la ciudad, como Anita Martínez. El PRO es muy grande en Rosario para depender de una sola persona”.