Guillermo Lorente se predispone al mano a mano con Ovación con la lógica cadencia de quien está atravesando por un momento único en su vida. Si bien no entrega síntomas de alarde de ese presente, interiormente sabe que la reciente consagración de Newell's en el torneo Final le inyectó un tiempo de bonanza a su gestión como presidente. Entonces habla desde ese lugar de privilegio, aunque a la hora del reparto de elogios ubica el aporte dirigencial en un relegadísimo plano. Eso sí, el único granito de arena que se atribuye en esta vuelta olímpica es el de haberle dado el marco ideal de salubridad institucional a la llegada de Martino para ser la cabeza visible del proyecto futbolístico que desembocó en la sexta estrella oficial rojinegra.
—¿Es su mejor momento como presidente de Newell's?
—Es mi mejor momento porque la vara que realmente mide el trabajo dirigencial es la de los éxitos deportivos. Y hoy Newell's es el campeón del fútbol argentino. Tengo la tranquilidad de haber preparado el terreno para que este cuerpo técnico y estos jugadores hayan logrado el campeonato. El gran mérito del título es exclusivamente de ellos.
—¿Por qué minimiza el aporte de la dirigencia en este logro?
—No le resto mérito, pero en un noventa por ciento este logro es de los jugadores y el cuerpo técnico. Igual, debo reconocer que esto no se dio por casualidad. El gran acierto nuestro fue haber ordenado la casa para recibir a semejantes habitantes como Martino y el grupo de jugadores que vino durante nuestra gestión. Bernardi, Scocco, Heinze, Mateo y Maxi Rodríguez, por citar a los ejemplos más emblemáticos, eligieron volver porque sabían con qué club se iban a encontrar. Demostraron su amor incondicional por los colores y le dieron una gran mano al club cuando no se peleaba para salir campeón sino que para evitar el descenso.
—¿Qué sensación le genera ser el presidente del equipo campeón del fútbol argentino?
—Siento un gran orgullo por el campeonato conseguido, pero lo que más me llamó la atención es la manera en que jugó este equipo para ganar el torneo. Hacía tiempo que en el fútbol argentino no se veía que hinchas de otros equipos aplaudieran el juego de su rival. Mis pares en Buenos Aires me decían que ver a Newell's es como ir al teatro o a disfrutar de un espectáculo. Incluso, el presidente de la AFA, Julio Grondona, me dijo que lo que pasaba en Newell's era único porque jugadores de la talla de Scocco, Maxi, Bernardi o Heinze, que nacieron en el club, no vinieron en el ocaso de sus carreras. Volvieron porque estaban dadas las condiciones para hacerlo. Sabían que venían a un club con un marco de institucionalidad en el que estaba Martino y ellos no querían retirarse sin antes ser dirigidos por el Tata.
—¿Asume como un error no haber convencido a Martino para que se quede hasta diciembre?
—No, porque el Tata ya nos había dicho que se iba después de terminar la participación del equipo en la Copa. Ya en diciembre nos dijo que se quería ir, pero sólo se quedó por la Copa. Quería jugarla sí o sí con estos jugadores. Lo mismo nos pasa con Nacho y Heinze. Qué podemos exigirles con todo lo que nos dieron.
—¿No tiene miedo de que la inexperiencia de Alfredo Berti como DT de primera tire por la borda el ciclo de Martino?
—La llegada de Berti a la primera tiene que ver con la continuidad de un proceso. Es un acto de coherencia darle la primera a Berti, quien hace más de cuatro años que se está desempeñando en las divisiones menores. De esta elección participó Jorge Theiler, quien es el puntal de la recuperación de las inferiores. Estamos convencidos de que es el momento de Berti.
—¿En la elección tienen más cosas para perder que para ganar?
—Berti suple esa falta de experiencia con su trabajo en las inferiores. Cuando nosotros nos hicimos cargo del club buscamos el espejo de Lanús o Vélez, que proyectaban el equipo completo con técnico incluido a la primera división. Lo ideal sería tener en un año a un equipo integrado en su totalidad por jugadores de las inferiores y que en el próximo mercado de pases ni se nombre a Newell's.
—¿Habló con Bielsa para ofrecerle ser el técnico?
—Era difícil ir a buscar a Bielsa en estos momentos para ofrecerle el equipo y que recién se hiciera cargo al final de la participación de Newell's en la Copa. Es un momento para no caer en decisiones estridentes. Respetando al técnico que se va, al que está por asumir y también a Marcelo. El sabe que puede venir a Newell's y cumplir la función que quiera. No sé si volverá a ser el técnico de Newell's. Cada vez que hablamos me dice que es el momento de un cambio generacional. Justamente de una de esas charlas salió el nombre de Martino.
—¿El logro del título le permitirá transitar con tranquilidad los años que le quedan de gestión?
—Es un gran respaldo para encarar el proyecto que vamos a iniciar con Berti tras la ida del Tata. Este campeonato también llegó para destruir ese mito de que Newell's no salió campeón en el torneo que peleamos con Sensini porque no teníamos peso en la AFA.
—¿Le molesta que digan eso?
—No, porque no es así.
—¿Ahora está más ansioso que en la previa de la consagración en el torneo Final?
—Sí. Para los ñubelistas la Libertadores es una obsesión. Estoy convencido de que este es el momento justo para ganarla.
—¿No es un acto de arrogancia decir eso?
—No, porque salir campeón de la Copa cerraría un ciclo brillante de un grupo de jugadores y cuerpo técnico que es el orgullo de la institución. No tengo dudas de que Newell's es el mejor equipo de América. No existe otro que le haga sombra.