Londres. — Desesperados pero divididos sobre la forma de sacar a sus
naciones de la crisis económica, los líderes mundiales convergieron a Londres, de cara a una cumbre
de emergencia, en la que habría pocas esperanzas de hallar una solución mágica para los problemas
económicos que han motivado este encuentro en Londres.
Incluso mientras llegaba el presidente estadounidense, Barack Obama, y los otros
participantes, Estados Unidos reconoció que sus aliados no se mostrarían de acuerdo con un paquete
colosal de gastos gubernamentales para estimular la economía, mientras que Europa se vio obligada a
dar marcha atrás, luego de manifestar esperanzas de endurecer la regulación financiera.
Pequeños avances. En vez de ello, los líderes están destacando las escasas
coincidencias que podrían encontrar, incluyendo más dinero para el Fondo Monetario Internacional
(FMI) y una revisión más estrecha de los fondos de alto riesgo y los paraísos fiscales. En cuanto a
los temas más amplios, los líderes esperan lo mejor o, al menos, confían en que las diferencias no
sean nocivas.
Bajo la mirada de los nerviosos mercados, los riesgos son muchos, especialmente
para el nuevo presidente estadounidense, que se presentará por primera vez en un escenario mundial
para lidiar con la crisis económica y reunirse cara a cara con otros líderes.
Un cambio global se ha reconocido: El foro para enfrentar los problemas de la
economía mundial ha crecido más allá de las ocho economías establecidas que dominaron las cumbres
anteriores sobre la economía (Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania, Francia, Japón, Canadá,
Italia y Rusia).
Ahora, 20 naciones acuden a Londres, incluidas economías en desarrollo de
crecimiento rápido, como China, India, Brasil y Arabia Saudita, así como México y Argentina,
participantes de relevancia en cualquier esfuerzo por coordinar las políticas económicas al
participar como socios con plenos poderes de negociación.
Emergentes. "Por primera vez, se ha reconocido que los principales mercados
emergentes y países en desarrollo tienen un papel crucial en la mesa", dijo Mike Froman, asesor de
la Casa Blanca en economía internacional. Pero, ¿significará eso que habrá medidas para detener la
espiral bajista de la economía global?
Froman reconoció que ha habido pocos ejemplos de avances internacionales en
tiempos de crisis. "La depresión se volvió «grande» por la falta de cooperación", señaló, y destacó
que a las naciones les gusta mantener el control sobre sus propias políticas fiscales y
monetarias.
Y los líderes globales estaban manteniendo claras diferencias hasta el último
minuto antes de la cumbre. "Tenemos que obtener resultados, no hay opción. La crisis es demasiado
seria como para que nos demos el lujo de hacer una cumbre para nada", señaló.