La incertidumbre lo carcomía. Aguardaba que la Federación Internacional de Natación (Fina) le otorgara una invitación especial para los Juegos Olímpicos. Sabía que por sus tiempos, la merecía. Hasta que esa espera trastocó la angustia por felicidad. El casildense Federico Grabich, de 22 años, recibió la plaza que tanto deseaba y tendrá su debut olímpico. Lo vive como “la competencia más importante” de su carrera y como una gran oportunidad para adquirir “experiencia”, considerando que espera explotar al máximo sus condiciones en los próximos Juegos, en Río de Janeiro 2016. Quizás allí, o por qué no antes, en Londres, les dé la razón a quienes lo señalan como el sucesor de José Meolans.
Grabich fue invitado a participar en dos pruebas: los 100 metros espalda y los 50 libre. No sería extrañó que también lo convoquen a los 100 libre, aunque por el momento no hay nada oficial. De todos modos, esperar es algo a lo que se acostumbró en los últimos tiempos.
En las carreras mencionadas había conseguido oportunamente el OST (Olympic Selection Time), una marca mínima que lo habilitaba para los Juegos Olímpicos pero que no lo clasificaba directamente. Dependía entonces de una invitación de la Fina. “A partir de mis cálculos, y comparando mis tiempos con los de nadadores de otros países, tenía la esperanza de estar adentro. Pero cuando apareció una primera lista y no estaba, me inquieté”, cuenta ahora con serenidad.
La Confederación Argentina de Deportes Acuáticos (Cadda) le envió a la Fina un pedido para que tuviera en cuenta a Grabich. Y en una nueva citación, el casildense apareció. “Cuando me enteré justo estaba con mi viejo. Inmediatamente la llamé a mi vieja al trabajo para contarle. No paraba de hablar por teléfono con todo el mundo. Estaba tan entusiasmado que me olvidé de comunicarme con mi hermano”, recuerda con una sonrisa.
A días de su primera experiencia olímpica, señala como prioridad no dejarse llevar por las emociones. “Voy a correr el campeonato más importante de mi carrera. Es difícil, pero tengo que evitar que se mezcle la alegría de concurrir a los Juegos con la concentración que debo mantener en el agua”, plantea.
Sus mayores expectativas están depositadas en los 50 metros libre. Lo justifica a partir de que su rendimento a nivel mundial en esa prueba es mejor que en los 100 espalda. “Si en los 50 libre repito mi mejor marca o la bajo algunas centésimas, mi ubicación en la clasificación general será mejor que si consigo un buen tiempo en los 100 espalda. Pero nunca se sabe. Cada vez que entrené para una carrera en especial, me fue bien en la otra”, cuenta.
Si bien no lo descarta, considera que es “duro” llegar a las semifinales, entre los dieciséis mejores. “En cada prueba competirán unos 50 nadadores, todos de gran nivel. Si tengo en cuenta el ranking, debería terminar entre los 30 mejores de cada prueba. Pero ojalá se me diera una semifinal”, dice.
“Si hay una prueba en la que se me puede dar una semifinal esa es en los 50 libre. Incluso, durante este año mejoré muchísimo en esa prueba. Nada está descartado y las carreras hay que correrlas”, se ilusiona el representante de la Federación Rosario de Natación.
“Estos Juegos Olímpicos me servirán de experiencia. Cuando finalicen, con mi entrenadora Mónica Gherardi planificaremos el trabajo para los Juegos de Río de Janeiro. Allí es donde debo apuntar más arriba, con objetivos más ambiciosos, planteando llegar a una final. No tengo dudas de que eso puede pasar. Pero aún faltan cuatro años y ahora quiero disfrutar de Londres”, expresa con satisfacción.