El ministro de Defensa, Agustín Rossi, volvió a defender ayer el ascenso del jefe del Ejército, César Milani, mientras que dirigentes de la oposición y de organismos de derechos humanos renovaron sus críticas a la decisión del Ejecutivo y la aprobación del Senado.
"Construimos un política de derechos humanos durante todos estos años, de la que nos sentimos orgullosos. Se construyó con el impulso del gobierno y con el acompañamiento permanente de los organismos de derechos humanos, y no veo contradicción alguna en ese sentido", afirmó Rossi.
El funcionario señaló que las denuncias contra Milani "no tienen ninguna comprobación judicial" y destacó que "el procesamiento de cualquier ciudadano depende de una decisión" de la Justicia.
De esta manera, reforzó el argumento utilizado por el bloque oficialista en el Senado, que señaló que no había motivos para rechazar el ascenso porque Milani no se encuentra procesado en ninguna de las causas por presuntas violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura militar.
"Hemos actuado conforme a lo que hacemos siempre con todo los pliegos de los jefes y de la totalidad de la fuerzas, con los informes de la Secretaria de Derechos Humanos y de nuestra Dirección de Derechos Humanos en forma correspondiente", agregó Rossi.
El ministro de Defensa señaló que el Poder Ejecutivo "nunca ascendió ni abonó el tratamiento de un ascenso a ninguna persona involucrada en situaciones de procesamiento judicial".
Señaló, al respecto, que el ex jefe del Ejército Roberto Bendini fue pasado a retiro en cuanto se dictó su procesamiento y consideró que "no se da esa situación en el caso de Milani".
Además, destacó que el actual jefe del Ejército "voluntariamente se presentó ante la Justicia de Tucumán y de La Rioja para ponerse a disposición".
Por su parte, el diputado radical Ricardo Alfonsín consideró que "es difícil encontrar un motivo que, desde una posición de defensa de los derechos humanos, justifique semejante decisión", y calificó el ascenso como "un verdadero retroceso en la cultura de la democracia y de los derechos humanos".
"Tampoco es fácil encontrar una razón que explique el hecho de que un gobierno, que hace del rédito o costo político un criterio casi excluyente de decisión, asuma una posición que lo coloca en contra de la mayoría de la opinión pública", agregó.
Madres. En tanto, la titular de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, sostuvo que le dieron "asco" los senadores que el miércoles votaron a favor del ascenso de Milani y que esta decisión significa "la vuelta a la obediencia debida".
La titular del organismo de derechos humanos sostuvo que "no se puede poner en un cargo de esa importancia a una persona que mínimamente está implicada en delitos cometidos durante la última dictadura", al tiempo que respaldó la postura del Centro de Estudios Legales y Sociales (Cels), que objeto el pliego de Milani.
En este sentido, cuestionó que la bancada oficialista "ni siquiera escuchó la opinión de un organismo que marcó la historia en la lucha por los derechos humanos".
"Es un retroceso para la democracia. Volvimos a la obediencia debida. Si éste es un plan para ir hacia la reconciliación, están equivocados. Si ésta es una etapa que quieren cerrar con una reconciliación con los genocidas y los cómplices, es un error", concluyó.
Distinta fue la opinión de la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien volvió a defender a Milani y de paso criticó al periodista Horacio Verbitsky, titular del Cels.
"Los que se equivocaron con Milani son los mismos que dijeron, muchos de ellos, algún periodista, que no había que nombrarlo a Bergoglio como Papa porque había secuestrado algunos sacerdotes. En vez de secuestrarlos a uno lo salvó, ese que lo salvó salió hablar y dice: «cómo que me secuestró, me salvó». Así que se equivocó, se equivocan y se equivocan mucho", dijo Bonafini.
Bonafini también defendió el reportaje que le hizo al titular del Ejército para la revista de las Madres y fue muy dura con otros organismos de derechos humanos. "Los que cobraron la reparación (económica) son los que no quieren a Milani. Son tan dignos, pero vendieron la sangre de los hijos", disparó.