Un grupo de empresarios del sector gastronómico puso el grito en el cielo contra la iniciativa de habilitar la instalación en Rosario de camiones de comida conocidos como food trucks. Tras considerar que se trata de una competencia desleal, pusieron el acento en la salubridad, el control de la elaboración de los alimentos y la seguridad.
Los referentes de diversos corredores gastronómicos estuvieron el martes en la comisión de Gobierno, donde se encuentra en debate la idea, que aún no fue aprobada. Se trata de un proyecto de los concejales Martín Rosúa, Carlos Comi y Jorge Boasso, quienes habían propuesto incorporar esta nueva modalidad para el ejercicio del comercio de alimentos en la vía pública o en espacios verdes.
La iniciativa consiste en una "propuesta gastronómica creativa, saludable y que se ofrece a precios accesibles, construida sobre un vehículo, con un diseño innovador y atractivo, priorizando la higiene y la salubridad tanto dentro como fuera de la estructura", se indicó en el plan. "Esta modalidad es una tendencia en grandes ciudades, por ello la necesidad de crear en Rosario un marco regulatorio para promoverla", había explicado Rosúa.
Durante el encuentro, uno de los empresarios, Pablo Mariani, marcó que los carros generarán una "asimetría en cuanto a las exigencias que se solicitan a negocios parecidos".
Y, a la hora de los ejemplos, citó obligatoriedades que bares y restaurantes rosarinos deben cumplir, como la instalación de baños para discapacitados o el pago de alquileres, "que es uno de los problemas más acuciantes de los empresarios de este sector", indicó Mariani.
Disgustado, el referente puso de manifiesto ante La Capital que la normativa para los food trucks prevé su instalación en la vía pública a un mínimo de 30 metros de distancia de negocios del ramo ya establecidos. "Sin embargo, en otras ciudades del mundo funcionan en ámbitos, acontecimientos o días particulares, mientras acá se producirá un uso indiscriminado en competencia con un sector ya castigado"
Durante el cónclave en el Concejo, estuvieron presentes representantes de cada uno de los corredores gastronómicos de Pellegrini, Pichincha, la costa y el centro, además de directivos de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar).
Allí, en primer término, establecieron el mapa de la gastronomía actual a partir del que remarcaron que Rosario ha tenido un gran crecimiento a lo largo de los últimos años. En efecto, hoy existen alrededor de 1.400 locales dentro de los rubros de bares, restaurantes y parrillas.
En este sentido, los comerciantes resaltaron que esta oferta, "que podría llamarse gastronomía tradicional", supera ampliamente la actual demanda y provoca una sobreinversión en el sector, "ocasionando en muchas oportunidades la necesidad de cierres o ventas de fondos de comercio". En rigor, Mariani dijo que "Rosario supera a cualquier otra ciudad del país en materia de comercios del rubro per cápita".
Salubridad. La preocupación por los controles de salubridad fue uno de los puntos principales del reclamo. Es que los empresarios aseguraron que el Instituto del Alimento no tiene injerencia en la venta callejera, por lo que se desconoce en manos de quién caería la responsabilidad de estos controles. "Hoy un carrito de venta de panchos no es verificado por esta repartición".