La inflación se convirtió en una de las mayores preocupaciones de los argentinos y todo indicaría que seguirá siendo uno de los temas principales de la agenda económica 2015. El economista jefe del Credicoop, Alfredo García, advirtió que el año cerraría con una suba de los precios que rondará el 27%. Negó que el índice llegue al 40% y señaló que hay “anclas” que contienen al indicador.
Esas anclas incluyen el amesetamiento de la producción, la desceleración en el incremento anualizado de la base monetaria y una apreciación de sólo 6,2% del dólar entre fin de enero y hoy.
García indicó que las causas de la inflación hay que buscarlas en el fuerte impacto de las expectativas, en los formadores de precios y una estructura distorsionada de la economía. Subrayó que “no se puede analizar la inflación si no se analiza la ganancia de las empresas” y recordó la gran distorsión que existe entre lo que recibe el productor y lo que paga el consumidor.
Por eso se mostró a favor de la ley que creó el Observatorio de Precios, un organismo técnico para asistir a la Secretaría de Comercio en el monitoreo y sistematización de precios y la disponibilidad de bienes y servicios. “Es necesario saber a dónde están esos bolsones de distorsiones, de ganancias a expensas del resto de la cadena, de los productores y los consumidores”, dijo García al explicar los factores que generan la inflación.
El economista jefe del Credicoop también brindó un detallado escenario de la situación internacional y mostró cierta preocupación por el menor crecimiento de las economías, especialmente en Latinoamérica. En rigor, explicó que aumentan las previsiones recesivas para el corto plazo y dijo que las políticas de expansión cuantitativa trasladaron la crisis de los países desarrollados al resto del mundo con un impacto negativo en el crecimiento global.
Además, habló de que Latinoamérica está impactada negativamente por los términos de intercambio y sobre la situación global —especialmente Brasil— impacta fuerte sobre la economía argentina.“En este entorno de ambiente recesivo en el corto plazo es por donde nos tendremos que mover”, señaló y se mostró cauteloso por la posibilidad de que Japón entre en recesión y por el fantasma de la deflación en la zona euro.
En el plano doméstico, García indicó que ante un elevado nivel de producción existe una tendencia al amesetamiento, con distinta evolución según los sectores. Si bien subrayó el fuerte impacto de la producción automotriz que todavía se mantiene, advirtió que la construcción evidencia signos positivos en los últimos meses.
Como dato positivo habló de los elevados niveles de cosecha de granos que se esperan y aunque advirtió que habrá un resultado fiscal deficitario dijo que será “manejable”. Por otra parte, subrayó que hay una recuperación de las expectativas y apuntó sobre el éxito de medidas contracíclicas que impulsa el gobierno nacional.
García hizo un especial énfasis en mirar la tendencia de largo plazo y remarcó que la situación económica del país “está en un nivel elevado”. Sobre la restricción externa, “un tema de moda”, dijo que en un contexto de precios de materias primas a la baja las presiones devaluatorias fueron reducidas por las últimas medidas y la reafirmación de la flotación administrada del tipo de cambio.
La economía de campaña
Economistas de los partidos políticos coincidieron en señalar que el próximo gobierno tiene que tener como prioridad bajar la inflación mediante programas integrales que contemplen el gradualismo.
Así lo indicaron Javier González Fraga (UNEN), Miguel Bein (PJ-Scioli), Carlos Melconián (PRO), y Miguel Peirano (Frente Renovador), al participar de la 20ª conferencia industrial organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA), que se realizó esta semana en Pilar.
González Fraga planteó que “las políticas activas empiezan con tipo de cambio razonable e inflación razonable”.
“Tengamos claro que no hay posibilidades de crecimiento con alta inflación, esto no es monetarismo, eso no quita que hay que controlar la inflación”, indicó el ex presidente del Banco Central.
González Fraga consideró que hay que bajar la inflación “lo más rápido posible pero siempre cuidando de no caer en los problemas históricos, de no caer en éxitos que nos llevan a crisis bancarias”.
El economista consideró que “debe haber un programa integral” y sostuvo que “no es una tarea que solo competa al Banco Central”.
Gradual. Por su lado, Bein señaló que “si uno quiere evitar consecuencias de baja de calidad de vida”, en un programa antiinflacionario, “hay que aplicar gradualismo”
Bein señaló que hay que aplicar “programas a cuatro años que nos ponga en el 10% anual bajando 5 puntos por año, con coordinación del Estado”.
“Hay que empezar a construir una moneda nacional, el ahorro en pesos debe ser remunerado, y debe haber un plan fiscal y reglas gruesas; la primera, que el gasto no caiga pero crezca por abajo del crecimiento de la recaudación”.
Melconian señaló que “para combatir la inflación se tiene que tener la decisión política”.
“La primera cuestión es la vocación, lo segundo es un programa integral, terminar con la discrecionalidad, dotar de clima de negocios”, dijo el economista del PRO.
En ese sentido, señaló que “hay que recuperar la moneda” y planteó que “es ineludible una reforma de la carta orgánica del Banco Central, una ley de responsabilidad fiscal y una ley de mercado de capitales”.
Por su parte, Peirano consideró que “hay que reconocer el problema.
“Hay que tener una visión sistémica, con pautas de corto y de largo plazo. Hay que tener equilibio fiscal, volver al tipo de cambio de único y competitivo”, dijo el ex ministro de Economía.