Una larga cadena de errores y desmesuras tanto del oficialismo como de las entidades de
productores agropecuarios han permitido transformar un incremento impositivo (retenciones a la
soja) en una feroz lucha por la primacía en el poder. Durante el fragor del conflicto del año
pasado los exabruptos provenían de ambos rincones del ring (recuerden el "odio a la oligarquía,
odio a los ricos, odio a los blancos", de Luis D'Elía). Pero en los últimos meses mientras el
gobierno nacional da la sensación de querer bajar los niveles de beligerancia, la dirigencia del
campo en cambio eleva peligrosamente el tono de la agresión verbal. Así, el campo argentino ha
demostrado también ser fértil para cosechar frases bestiales. Y más allá de las clásicas disculpas
posteriores de quienes las han pronunciado, da la sensación de que en muchos casos se les escapó lo
que estaban pensando. Pasen y vean este popurrí de frases desde el inicio del conflicto rural a
esta parte.