Francia: la paz social en jaque

París. — Mientras el presidente francés, Nicolas Sarkozy, prepara una ley que criminaliza el uso de capuchas en las protestas, crece una ola de violencia que representa una verdadera amenaza a la paz social en Francia. Mientras la crisis económica se profundiza y más y más fábricas cierran y echan a sus empleados, los trabajadores franceses usan cada vez más métodos violentos para intentar proteger sus puestos o mejorar sus indemnizaciones de despido. En los últimos dos meses ha habido al menos seis incidentes de los así llamados "retención de jefes", mediante los cuales trabajadores enojados han obligado a ejecutivos a quedarse en su lugar y a renegociar las indemnizaciones o suspender los despidos. El gobierno ha mediado en algunas disputas, con escaso éxito. Además, los obreros están cada vez más furiosos por las jugosas indemnizaciones a ejecutivos.

  Para colmo, la mayoría de los economistas espera un empeoramiento de la situación económica en Francia este año, con entre 350.000 y un millón de despidos. Esto sugiere que la violencia podría empeorar. Una reciente película mostró un escenario de pesadilla y de furia obrera. Las trabajadoras de una compañía cerrada sin aviso juntan sus indemnizaciones por despido para contratar a un asesino profesional que mate a su jefe.