Mónica Fein (Frente Progresista) se convirtió anoche en la primera mujer en conducir la Municipalidad de Rosario y en ocupar ese cargo en la historia del socialismo. La actual diputada nacional derrotó con contundencia a su principal adversario, Héctor Cavallero -Frente Santa Fe para Todos-, por una diferencia de 22 puntos, 52,18 por ciento (259.792 sufragios) contra 30,10 por ciento (149.873 votos), escrutadas al cierre de esta edición de La Capital las 2.105 mesas de la ciudad. No obstante, la nueva configuración política del Concejo augura dificultades para el oficialismo cuando tenga que articular una mayoría (ver página 11).
Pasadas las 22, el intendente Miguel Lifschitz subió al escenario de un Patio de la Madera (el búnker socialista) no tan distendido como lo esperado, en función de la paridad en la disputa por la Casa Gris, para anunciar -según las mesas testigo- la victoria de Fein por casi el 50 por ciento de los votos.
Tras proclamar a la diputada como "la primera intendenta socialista del país", y con el jingle de campaña "Yo amo Rosario" como banda de sonido, Fein se acercó al micrófono y enfatizó: "Esta es una ciudad progresista y lo seguirá siendo".
Luego consideró que su triunfo respondió a una propuesta basada en "el camino de la solidaridad, la participación, el diálogo y el consenso".
La elección para intendente se polarizó entre dos opciones claras: Fein y Cavallero. Y la postulante oficialista consolidó su performance de la mano de una estrategia de conservación del voto cosechado en las internas abiertas del 22 de mayo pasado.
También machacó con las gestiones de Hermes Binner y Miguel Lifschitz en la ciudad en los últimos 16 años, con la salud pública y la recuperación del espacio público para los rosarinos como estandartes.
La que pareció fallar fue la matemática política a través del intento de traccionar votos clave para el Concejo con la consigna "(Hermes) Binner más (Antonio) Bonfatti más Fein más (Manuel) Sciutto".
Cavallero, en principio, se recortó en el horizonte como el único aspirante en condiciones de confrontar con el oficialismo.
En ese sentido, repasó los logros de su gestión como intendente (de 1989 a 1995) y señaló los déficit de la actual administración: el abandono de los barrios y la falta de obras de infraestructura y saneamiento.
Cerca de las 23, el Tigre reconoció el triunfo de Fein y bramó: "Superamos el 30 por ciento de los votos. El Concejo perdió la mayoría automática".
Los justicialistas, pese a caer en las pujas por la Gobernación y el municipio (la segunda derrota consecutiva de Cavallero, quien ya había probado suerte en 2007), celebraron la buena elección en el Palacio Vasallo. Aunque los días por venir serán de autocrítica y reproches.
El PRO, a su vez, celebró su consolidación como "tercera opción" en Rosario. Su candidato a intendente, Ricardo Schlieper, alcanzó el 10.83 por ciento (53.903 votos). Pero logró tres bancas en el Palacio Vasallo, a sumar a la que esa fuerza posee desde 2009. Las dudas previas sobre el techo electoral de Miguel Del Sel también se develaron en la ciudad.
Cuando el lunes comenzaba a despuntar, Fein se imponía en las 22 seccionales de la ciudad. La candidata hizo una elección contundente, aunque no logró repetir la aplastante victoria de Lifschitz en 2007, cuando el 57,11 por ciento de los sufragios le abrió la puerta al segundo mandato.
No obstante, el escenario político preanuncia desafíos para Fein: si bien administrará la ciudad junto a un gobernador afín, en el Concejo ya no habrá sintonía absoluta.
La jornada electoral, bajo un sol casi primaveral, transcurrió sin sobresaltos para los votantes rosarinos.