Si bien no conozco el caso que refiere la carta publicada bajo el título "Familia transitoria, familia usada", fui testigo de distintas experiencias dolorosas, semejantes a la que describen en esa carta. Adoptar o afiliar a un hijo, sea genético o adquirido, tiene tiempos distintos según la edad del pequeño. Sin embargo, en base a estudios realizados justamente en esta ciudad de Rosario, se estableció como tiempo de vinculación seis meses. Quitar a un niño más allá de este tiempo, es de riesgo. Fue uno de los argumentos que cambió en la ley de adopción los tiempos de preadopción. El estudio fue presentado con el doctor Juan Leandro Artigas (juez de Menores) en 1986, en el Primer Congreso Argentino de Adopción. Los funcionarios deben tener en cuenta la impronta o huella que deja en el cerebro, sus decisiones al romper vínculos humanizantes, más si esto sucede en los dos primeros años de vida, cuando más plasticidad muestra el cerebro y los sentimientos. El interés superior siempre debe estar enfocado en el menor, como reza la ley 23.849 de la Convención de los Derechos del Niño, incluida en el artículo 75, inciso 22 de la Constitución nacional. Los cambios de "nicho" o contextos criantes, tienen graves consecuencias y si a esto se suma una separación abrupta en pleno proceso de apego, activa las condiciones para muchas patologías. Tal como lo enunció en 1958 John Bowlby, la "teoría del apego" explica el vínculo afectivo, "monotrópico" con alguien que funciona "madre", lo rescata y convoca a la vida, al margen de quien lo haya fecundado y gestado. Aconsejo a quienes estén en situaciones semejantes, solicitar al pediatra el seguimiento de las patologías que fueron tratando y también las curvas o percentilos de peso y altura, para que "vean" u objetiven lo que logra el amor de una familia adoptiva. En la mayoría de los casos de adopción de niños pequeños el 6º mes de tenencia es clave para definir el vínculo adoptivo y observar la función alfarera o epigenética. Por eso, quitar a una familia de tránsito un ser en desarrollo y crecimiento es mucha responsabilidad, y sólo se justifica si se comprueba maltrato, abuso o distintas formas de abandonarlo. Con los avances tecnológicos, se patentiza como la madre adoptante es también biológica y los cambios detectados en el organismo dan cuenta del valor de "nutrir" afectiva-proteica y normativamente al hijo, y también explica el "parecido" por identificación gestual, con quien siente que lo "sostiene", tan fuerte como la transmisión de los genes.