Cuando Daniel Orsanic confirmó a Diego Schwartzman en lugar de Leonardo Mayer por razones físicas, la final de la Copa Davis empezó a alejarse. Nadie podría asegurar que el número 1 de Argentina le iba a ganar a David Goffin, el jugador principal de los belgas y uno de los mejores 20 del mundo, pero todos podrían considerar al menos como muy probable o casi seguro que Schwartzman no tendría chances y todo se definiría en el quinto punto entre Federico Delbonis y Steve Darcis. Y así fue nomás. Goffin despachó a Schwartzman por 6/3, 6/2 y 6/1 y Darcis puso a Bélgica por primera vez en la final de la Copa Davis tras derrotar a Delbonis por 6/4, 2/6, 7/5 y 7/6 (3).
“Leo estaba roto anoche (sábado) y lo esperamos hasta hoy (domingo), pero seguía muy cansado”, declaró Orsanic con la serie consumada. La decisión es cuanto menos polémica. Lo primero que surge es que Darcis llevaba en cancha exactamente el mismo tiempo que Mayer, aunque contaría con un par de horas más de descanso porque jugaba en el último turno.
Lucubraciones más o menos, lo cierto es que a Argentina se le escapó una serie que estuvo muy cerca, pero jamás definida de antemano.
Conviene marcar y remarcar que el acceso a semifinales del equipo albiceleste fue una grata sorpresa. La calificación de sorpresa se sostiene en el precario ránking, para ese nivel de competencia, de un equipo que se sostiene en un solo jugador: Leo Mayer.
A Bélgica tampoco le sobra mucho, pero le alcanzó para verse las caras con la Gran Bretaña de Andy Murray (ver aparte) en Bruselas entre el 27 y el 29 de noviembre.
Cómo será de sorpresiva la campaña de Argentina este año que el miércoles se sorteará la temporada 2016 y se espera un rival accesible para evitar un posterior repechaje.
Más lejos que cerca del juego Juan Martín Del Potro, pensar por estos días que Argentina puede ganar la Copa Davis es de ilusos.