Los futbolistas Sebastián Arrieta y Nicolás Diez rescindieron ayer sus contratos con Unión luego de ser víctimas de sugestivos robos en sus casas, al igual que otros jugadores que negocian su salida del club. Además de Diez y Arrieta, sufrieron robos en sus domicilios Raúl Gorostegui, quien está dispuesto a continuar en el club, y Gonzalo Peralta, quien negocia su desvinculación con la dirigencia tatengue. Los cuatro futbolistas fueron víctimas de robos durante el fin de semana pasado, hechos que se sumaron a encuentros indeseados con hinchas violentos en semanas anteriores y a un enfrentamiento entre fracciones de la barra de Unión ocurrido antes del partido con Tiro Federal, que terminó con un apuñalado y varios detenidos. Diez y Arrieta resignaron el dinero que habían acordado por contrato y decidieron exigir sólo lo correspondiente hasta su último día trabajado. Luego del robo a su casa, Peralta expresó su malestar por la situación. "Estoy mal y prefiero las cosas de frente", manifestó. Además, el defensor Claus Gold Betig recibió amenazas luego que trascendió que había utilizado un pantalón con el escudo de Colón en la calle, hecho que el futbolista desmintió. La realidad de Unión es preocupante, ya que a los hechos de inseguridad se suma un importante atraso de salarios, el mal momento del equipo, el clima de pelea en la hinchada y la crisis institucional que derivó en la renuncia del presidente Rubén Decoud, que no contaba con el apoyo del resto de la dirigencia.