Los comerciantes de los distintos barrios de la ciudad alertaron sobre la necesidad de reglamentar la actividad de los cuidacoches. Sin medias tintas, remarcaron que hay zonas en las que los trapitos exigen hasta más de 20 pesos para permitir a los automovilistas estacionar el auto en la calle y subrayaron que, en la mayoría de las ocasiones, los conductores pagan por miedo a sufrir represalias. "Todo esto hace que la gente prefiera ir a comprar a los shoppings, donde tienen cocheras gratis", protestaron.
El titular de la Federación de Centros Comerciales a Cielo Abierto de Rosario, Fabio Acosta, remarcó la preocupación de los comerciantes porque los clientes no pueden dejar el auto en la calle, con la consiguiente merma en la actividad. En avenidas como Pellegrini, dejar el auto de noche estacionado junto al cordón puede costar más de 20 pesos. En Pichincha cobran ocho apenas el conductor baja del auto y en La Florida los precios superan los 10 pesos.
El sábado pasado, quienes asistieron al recital de Silvio Rodríguez en el Hipódromo tuvieron que pagarle 20 a los trapitos que coparon las inmediaciones. Y en la zona del Monumento a la Bandera, un cuidacoches puede recaudar 600 pesos por turnos de entre seis y ocho horas. "Todo esto hace que la gente prefiera hice a comprar al shopping donde tiene cocheras gratis", se quejó Acosta.
El reclamo puso otra vez en el tapete un tema que el Concejo Municipal aún no se propuso debatir. El edil Jorge Boasso manifestó que estudia la problemática desde 1995 y se quejó porque "ninguno de los proyectos fue aprobado".
A su vez, la Guardia Urbana Municipal, (GUM) denunció a cuidacoches por conductas indebidas y no faltan los automovilistas que aseguran que fueron extorsionados por trapitos, que hasta les rompieron el auto.
Sin clientes. "No son lo mismo los trapitos que trabajan de día que los que lo hacen de noche, a veces hasta alcoholizados", denunció Acosta, quien como referente de los centros comerciales a cielo abierto presentó un reclamo en el Concejo para que se reglamente esa actividad.
"Los comerciantes vemos cómo se resiente la actividad cuando los clientes no tienen un lugar seguro para estacionar", explicó y en este sentido detalló que es muy común que "cobren tarifas desmedidas", y que en muchos casos "amenacen a los conductores y los obliguen a pagar apenas bajan del auto".
"Tendríamos que saber quién es la persona que cuida los autos y si tiene antecedentes penales. Además, hay que poner un tope a los precios, porque si no cobran lo que quieren", continuó.
Así, esta actividad que comenzó siendo una ayuda para los conductores, y en muchos casos lo sigue siendo, hoy se convirtió en una amenaza. "La gente tiene miedo de los robos", apuntó Acosta. "Estos factores hacen que la gente se vaya a comprar o a comer al shopping", se quejó.
Cajoneados. En tanto, el concejal Jorge Boasso recordó que desde 1995 presentó varias propuestas para reglamentar esta actividad cada vez más extendida, pero siempre fueron cajoneadas.
Concretamente, Boasso presentó el proyecto de crear un Registro Municipal de Cuidadores de Vehículos en la vía pública y en el 2007 volvió a arremeter con la propuesta de cuidacoches solidarios que fueran coordinados por fundaciones y organizaciones no gubernamentales para recaudar fondos.
En los dos proyectos el edil propuso que las personas se registraran y se los identificara con una credencial "con foto, número de registro y datos personales", según detalla el escrito elaborado por el edil. También propuso que los trabajadores cuenten con casaca refractante con inscripciones claras y fácilmente visibles, que comuniquen el carácter de voluntario que tiene la contribución y el número de la línea gratuita que deberá crearse para denuncias .
"Lamentablemente -dijo Boasso- el Ejecutivo hace oídos sordos a las denuncias de la ciudadanía, por lo que esta iniciativa y todas las que fui presentando a lo largo de varios años sobre el tema, duermen en la comisión de Obras Públicas y Seguridad sin lograr el apoyo del oficialismo para su aprobación.