Atenas. — La endeudada Grecia solicitó ayer a sus socios europeos y al Fondo
Monetario Internacional miles de millones de euros en préstamos de emergencia, rindiéndose a la
acuciante presión del mercado de activar el mayor rescate financiero de un miembro de la zona euro.
El premier George Papandreou pidió el paquete de 45.000 millones de euros (60.500 millones de
dólares), ante los temores de los inversionistas a una posible moratoria que elevó los costos de su
deuda a niveles récord, socavando los intentos del país por reducir sus 300.000 millones de euros
en pasivos. "Es imperativo que pidamos la activación del mecanismo", dijo Papandreou. "El tiempo
que no nos garantizaban los mercados, se nos dará por el apoyo de la zona euro", agregó.
Los mercados europeos escalaron brevemente tras el anuncio, pero cedieron porque
los inversores dijeron que el esperado rescate, que podría ser el mayor de la historia, sólo
proveería un alivio de corto plazo y podría obligar a una mayor austeridad en Grecia, lo que
profundizaría su recesión. La crisis griega ha golpeado la confianza en la moneda única, compartida
por 16 de los 27 países de la UE, generado el temor a que se pueda extender a naciones como
Portugal y España, y avivado el escepticismo de la supervivencia del euro en el largo plazo.
Traspié. Enfrentado entre las fuerzas del mercado del extranjero y los
trabajadores del país airados de pagar el costo de las medidas de austeridad, el gobierno
socialista de Papandreou había sido reticente a presionar el botón de ayuda, tentando a los
inversores a apostar en contra de su deuda. El último traspié vino el jueves, cuando la Comisión
Europea reveló que el déficit fiscal griego de 2009 fue mayor al que se temía, de un 13,6 por
ciento del Producto Interno Bruto, elevando el nivel de reducción de déficit para este año. Esta
noticia llevó los rendimientos de los bonos a máximos de 12 años e hicieron prohibitivo el
endeudamiento.
La decisión de activar el paquete de ayuda se produjo tras una maratónica
reunión de gabinete de siete horas, en la que algunos ministros manifestaron sus temores a medidas
de austeridad aún más duras, publicó un medio griego. “Esto ciertamente no marca el fin de la
crisis, hay todavía mucho por hacer. Ellos todavía tienen que enfrentar los problemas de mediano
plazo para poner en orden sus finanzas públicas y obviamente el tema de la competitividad”,
dijo Ben May, economista para Europa de Capital Economics.
El tiempo apremia. Atenas seguía ayer en negociaciones con la Comisión Europea, el Banco Central
Europeo (BCE) y el FMI para un programa fiscal de tres años que incluye el paquete de ayuda. El
tiempo está presionando, ya que Grecia necesita asistencia antes de que venza un bono de 8.500
millones de euros el 19 de mayo. El ministro de Finanzas helénico, George Papaconstantinou, dijo
que esperaba que el primer tramo de ayuda sea desembolsado antes de esa fecha. Francia dijo que
esperaba aprobar su parte entre el 3 y 6 de mayo. Estados Unidos, que tiene poder de veto sobre las
decisiones del FMI, respaldó la decisión de Grecia de pedir ayuda.
Economistas creen que es probable que el rescate requiera más ayuda en 2011 y 2012, y algunos
estiman que Grecia tendrá que reestructurar su deuda externa. Atenas dijo que podría aspirar a un
crédito puente para cubrirse en caso de que la ayuda no sea aprobada a tiempo para responder a sus
necesidades urgentes. El tiempo también acosa a la canciller alemana, Angela Merkel, que enfrenta
una fuerte oposición a ayudar a Grecia antes de una elección clave el 9 de mayo. Merkel tuvo que
dejar su resistencia inicial a la asistencia y a pedir tasas de mercado para los préstamos.
Interrogante. Otra pregunta es si los 30.000 millones de euros prometidos por los Estados de la
zona euro y los 10.000-15.000 millones del FMI serán suficientes para cubrir los 39.000 millones en
deuda que Grecia debe pagar en los próximos 12 meses, más otros costos previstos en el déficit de
2010. Papandreou, quien ganó los comicios el año pasado prometiendo aplicar impuestos a los ricos y
apoyar a los pobres, ha estado bajo una creciente presión. Según una encuesta, su apoyo ha
declinado y los griegos temen que el paquete de ayuda afecte su estándar de vida.