El Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer recortar en un cuarto de punto,
hasta 1,25 por ciento, la principal tasa de interés en la eurozona, como respuesta a la profunda
recesión económica que atraviesa la región, informó la entidad tras una sesión celebrada en
Frankfurt.
De este modo, el precio del dinero se sitúa en el nivel más bajo desde la
introducción de la moneda común europea en 1999. Sin embargo, la baja fue menor de la esperada. La
mayoría de los expertos había previsto que el comité de la entidad europea aplicaría una reducción
de medio punto porcentual, hasta un mínimo histórico de 1 por ciento.
A principios de semana, el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, recalcó ante
la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo que la actividad económica de
la zona del euro desciende continuamente desde finales de enero, y que las perspectivas
empeoraron.
Hay resto. Sin embargo, pese a que con esta medida el precio del dinero se sitúa
en el nivel más bajo desde la introducción de la moneda única en 1999, el 1,25 por ciento "no es el
nivel más bajo que se puede alcanzar", subrayó Trichet.
Los tipos de interés se encuentran en "niveles extremadamente bajos" pero "no
excluyo que, ordenadamente, podamos ir por debajo", agregó Trichet quien en numerosas ocasiones
mostró su rechazo categórico a las políticas monetarias del cero por ciento de interés, como las de
Estados Unidos o Japón.
La situación es "seria", dijo Trichet. "Vivimos en un mundo que es difícil, que
es inseguro", insistió.
La debilidad de la coyuntura y los bajos niveles de inflación en la zona euro,
que en marzo cayó a 0,6 por ciento interanual, propiciaban el recorte de tasas, dado que los
intereses bajos abaratan los créditos para empresas y consumidores, estimulando así la
economía.
El de ayer es el sexto recorte desde octubre de 2008, cuando la entidad recortó
las tasas en 3 puntos porcentuales.