"Queremos estudiar". Es la expresión que mejor resume el reclamo de estudiantes del Instituto Técnico Superior (Iset) Nº 57 del barrio Las Flores, para contar con las materias que aún no se dictan, además de seguridad para asistir a clases. El miércoles pasado se manifestaron para pedir que se habiliten las horas cátedra necesarias: sólo están dictando clases una o dos veces por semana y en turno reducido. Las carreras terciarias que se ofrecen en este terciario de la provincia son las de enfermería y la tecnicatura en gestión y mantenimiento de equipamiento biomédico. Fueron inauguradas el año pasado como una promesa de inclusión para los jóvenes del barrio. El Iset funciona en el mismo edificio que la Técnica 407, de 5 de Agosto y José María Rosa (colectora de Circunvalación), a pocas cuadras de San Martín.
Anabel estudia enfermería, está en segundo año, dice que su la carrera la eligió por vocación. Contó que la idea de protestar con caretas fue para simular "estar de joda" como sienten que están en el Ministerio de Educación, que no atiende sus demandas. "Estamos cansados de llamar, de reclamar y que no nos escuchen o nos digan «tienen que esperar un poco más»", dijo. El pedido principal que hacen sentir estas jóvenes es de sentido común: aprender todas las asignaturas fijadas en el plan de estudio. A modo de ejemplo, Anabel cuenta que en este cuatrimestre deberían estar cursando seis materias de segundo año de enfermería sin embargo solamente tienen dos. Un panorama que se reitera en los estudios de instrumental biomédico.
"El Ministerio de Educación no abre las inscripciones para los escalafones de las materias de primero y segundo año y estamos perdiendo el cuatrimestre con probabilidades de perder el año. El barrio Las Flores necesita inclusión y el compromiso de parte del gobierno provincial", se explaya sobre la petición. Son unos 80 los estudiantes de primer año de enfermería y una cantidad similar en el segundo año. Si cursaran todas las materias el horario normal sería desde las 15 a las 22, sin embargo por la falta de nombramiento de las horas un curso asiste dos veces a la semana a clases y otro solamente una vez, y en horario reducido. Las clases comenzaron a mediados de abril, sienten que el año se va y perderán materias que son cuatrimestrales. "Se olvidaron de nosotros", siente la joven que lamenta que la promesa que les hizo el Estado ahora haya pasado al olvido.
La falta de cargos docentes no es el único padecimiento de estos estudiantes y profesores. También lo es la inseguridad que viven a la entrada y salida de la escuela. "Si es de noche directamente no se ve nada. No hay alumbrado público. Tratamos de ir todos juntos. Los que esperan colectivo lo hacen por San Martín donde hay más luz, pero siempre con temor", cuenta la joven. Suma a este relato que la semana pasada le robaron la moto a un compañero de estudio, a quien arrastraron y golpearon. También a otras tres chicas a quienes asaltaron. "No hay un solo móvil policial, ni la custodia que teníamos el año pasado", contó y recordó que siete cuadras de este establecimiento educativo hay un destacamento de la Policía Comunitaria.
La institución terciaria provincial y pública llegó al barrio con una promesa de inclusión, de ofrecer la posibilidad de estudios superiores a los jóvenes. La mayoría de los que eligieron esas carreras lo hicieron por tener una salida laboral, un estudio superior acreditado y también por vocación. El miércoles pasado se expresaron con carteles que pedían "Equidad, Igualdad de oportunidades", Seguridad" y un "Reclamo por nuestros derechos".
Julieta
Kruel
12 años. Escuela
Juan Arzeno