Federer revoluciona Argentina con su llegada y las 90 horas que durará su estadía serán muy intensas. Periodistas, fanáticos y cholulos no quieren perderle pisada del suizo, quien por primera vez llegó a esta parte del planeta. Ayer, el mejor jugador de todos los tiempos se presentó en conferencia de prensa junto a Juan Martín Del Potro, su rival en las dos exhibiciones que mantendrán en Tigre: una esta noche y la otra mañana. El suizo tendrá además una agenda cargada que incluirá clínicas, cenas benéficas y un “picadito” de fútbol-tenis en la Bombonera.
Es raro verlo a Del Potro sentado frente a la prensa y que los periodistas le hagan poquísimas preguntas. Pero el suizo es la tentación irresistible para la mayoría de los cronistas. Roger, fiel a su estilo de caballero, ayer respondió con respeto cada una de las preguntas de la prensa local. Y siempre entre sonrisas.
Roger no pudo evitar asombrarse por lo que tenía por delante: “Esto es algo más grande de lo que esperaba”, admitió el suizo, quien también dijo que “este es un país al que quería venir desde hacía mucho. Jugué con argentinos desde los 15 años”.
El campeón de 17 Grand Slam, un récord que se perfila como difícil de igualar, señaló que “los argentinos tienen normalmente que viajar para venirme a ver, esta vez yo viajé para venir a verlos”.
Al lado de Federer se sentó Del Potro, número siete del mundo y frecuente rival en el circuito. El recuerdo de la final del US Open 2009 que le ganó el argentino fue evocado más de una vez, también el 19-17 en el tercer set del suizo sobre Del Potro en las semifinales del torneo olímpico de Londres 2012.
“Voy a tratar de hacerlo más corto”, bromeó Federer. “¿Jugar cinco horas? Hmmm... Es altamente improbable”, rió.
Del Potro admitió que Roger le trae los mejores y los peores recuerdos de su carrera. Aquella final en Nueva York lo sigue conmoviendo, pero la derrota olímpica en Wimbledon, por otras razones, también. “Contra Roger jugué el mejor partido de mi carrera y perdí el partido emocionalmente más duro de mi carrera”, dijo Delpo, que lloró hasta la madrugada tras aquella derrota.
La sintonía entre ambos fue evidente, y Delpo fue generoso en el elogio cuando se le preguntó si le gustaría ser entrenado por Federer alguna vez en el futuro.
“Roger dijo que es simple ser número uno (una vez que fuiste número cuatro). ¡Para él es simple! Que me pase un poco de su talento y lo contrato para toda la vida”.
El suizo, además se divirtió y pasó cálidamente el brazo por la espalda del argentino cuando Delpo dijo no saber si Roger se considera su amigo.
Pero la pregunta que se llevó todas las sonrisas del suizo la hizo el notero del programa CQC, que luego de enumerar el palmarés del suizo, lo interrogó: “Quería saber cuándo tenías pensado regresar a tu planeta, porque evidentemente de éste no sos”. El suizo, humilde, le contestó: “Soy un terrícola”. El más grande de la historia del tenis está en Argentina y provoca devoción. No es para menos. Es la leyenda viviente.