Los clubes de Rosario siempre fueron relegados por la AFA. Central y Newell’s tienen un problema en común desde años en la consideración de la casa rectora. Newell’s y Central tienen un punto de convergencia histórico pero sus directivos, los de antes y los de ahora, nunca lograron pergeñar una estrategia en común. Los dirigentes, delegados de los socios para defender los intereses de sus entidades, aún no pudieron modificar la injusta ubicación que tienen en la escala de coparticipación de los fondos por los derechos televisivos. Lo admiten. Pero poco han hecho. O lo que hicieron no fue suficiente para modificar esa postergación crónica. Ni siquiera se unieron la semana pasada para recibir juntos a Marcelo Tinelli, el candidato a presidente que eligieron para los comicios de mañana, ocasión más que propicia para plantear en conjunto y así empezar a ganar la primera de todas las próximas batallas.
Para que haya una gestión posible antes debe haber una definición política. Y no hay proyección política sin gestión. En ese orden. Por eso resulta incomprensible que por cuestiones demagógicas folclóricas no se haya construido una demostración de fuerza única para imponer condiciones a un apoyo explícito. Sólo una administración unitaria puede ubicar a los clubes de Rosario debajo de Vélez y San Lorenzo en el sistema de reparto de dinero proveniente de la televisión. Y más allá de las enunciaciones, Tinelli, vice del Ciclón, no se diferencia de Luis Segura en ese aspecto, ya que ambos sólo son federales a la hora de captar apoyo para mañana.
Más aún en un contexto político donde las consignas se fagocitaron a las propuestas. Y en un escenario donde la lucha pasa por el poder económico que ofrecen “las nuevas plataformas” del fútbol, no hay margen de error para plantear esta discusión en pos de ubicar a los clubes de la ciudad en el segundo nivel, ya que por esta injusta situación Central y Newell’s reciben alrededor de un millón de pesos menos por mes.
En diálogo con Ovación un conocedor de los pasillos de la AFA dijo con claridad: “Boca y River juegan siempre juntos en los escritorios, compiten en la cancha, pero fuera de ella acuerdan y van por los mismos objetivos. Se juntaron para reclamar mayor porcentaje para ambos y ahora no es casualidad que estratégicamente Angelici vaya con Segura y D’Onofrio con Tinelli. Gane quien gane, ganan los dos”.
Pero esto en Rosario aún no se pudo lograr. Testimonios recogidos de uno y otro lado consignan que el temor a la opinión de los hinchas frustró el desarrollo de una logística común, lo que deja al descubierto la debilidad política y de gestión, porque el déficit que se genera por este sistema de reparto de los fondos provenientes de Fútbol para Todos (en otra época Torneos) limitó la inversión en el armado de planteles más competitivos y derivó en la simplista medida de incrementar los costos propios, como las cuotas societarias y la implementación de bonos. De lo cual todos reniegan cuando son opositores, pero aplican sistemáticamente cuando son oficialistas.
Es por ello que hubiese sido el momento oportuno de que los clubes rosarinos se hicieran fuerte como bloque único en el futuro mapa de poder, porque más allá de quien gane, lo que viene es la gran pelea por la generación y reparto de los futuros ingresos por comercialización de diversos derechos.
La tendencia la dio recientemente Mario Pergolini, candidato a vice de Boca y en sintonía con la visión empresarial de Tinelli, cuando respondió a la pregunta de cómo se equipara la balanza de reparto que propone en función del rating con el aspecto deportivo de los equipos más débiles: “El volumen de dinero que entra es muy alto, con un alto costo de producción, es cierto. Todos los que hicimos programas de televisión sabemos que los móviles no salen tan caros. Los costos se triplicaron con el Fútbol para Todos. A pesar de eso, es cierto que hay equipos más chicos que recién ascendieron o equipos centenarios que no llegan a hacer tanto dinero por la cantidad de socios. Bueno, recibirán dinero cuando jueguen con los cuatro o cinco que hacen más rating. Con el resto, recibirán lo suficiente. ¿Es justo? No sé si es justo, pero cuando ingrese dinero de publicidad, si una gaseosa quiere auspiciar no va a decir que quiere poner toda su pauta en Aldosivi-Sarmiento. No, no va a poner la plata ahí. Me parece que el que más gente lleva, el que más pauta convoca, evidemente debe llevarse una participación”.
Suficiente argumento para que Central y Newell’s, o viceversa, hagan valer la importancia de Rosario en materia de convocatoria, la que no se mensura debidamente en AFA, como el raiting, que sólo se mide en Capital Federal y en algunos lugares de la provincia de Buenos Aires. Y las caras consecuencias están a la vista.