Susana Schlaen dedica su vida a la música y a la familia y, según ella misma reconoce, no está empapada en la coyuntura rosarina muy ligada últimamente a los robos y la delincuencia. Sin embargo, el viernes, en Pellegrini al 5400, a las 19.15 aproximadamente, entró de golpe en la fuerte realidad. Le robaron su fagot, el instrumento que le permite subsistir y que tanto le costó conseguir. “No le va a servir a nadie”, dice desconsolada y hasta propone recompensar a quien pueda aportar algún dato.
Schlaen es la primera fagotista de la Orquesta Sinfónica Provincial de Rosario y su instrumento (de la familia de viento-madera) es un verdadero tesoro para ella. “Me costó años de trabajo y ahorro. Es un elemento que no se consigue en Argentina y que me permite hacer música de la manera que yo quiero y necesito”, expresa extremadamente dolorida antes de subrayar que también fue complejo amoldar el preciado fagot a ella misma.
La mujer integra también el quinteto La Sociedad de los 5 Vientos y justamente viajaba en su auto, un Volkswagen Fox, a uno de sus habituales ensayos en la casa de un integrante del grupo, que vive cerca del lugar del atraco.
La concertista no sale aún de sus asombro al relatar cómo le quitaron el fagot. “Estaba en su estuche sobre el asiento trasero mientras yo manejaba acompañada por Luis Giavón, que tenía su oboe consigo. De golpe escucho una explosión e inmediatamente veo salir una moto sobre la derecha del auto, casi pegada a la
vereda”.
En ese rodado iban dos personas; la de atrás tenía el fagot que había logrado sacar a través de la ventanilla después de romperla.
La experta no se explica cómo el ladrón operó tan rápidamente y retiró el estuche que pesa 10 kilos. “Paré el auto, estaba desesperada y la gente de la zona trató de ayudarme”, detalla. Pero ya era tarde.
Más aún, Schlaen está convencida de que los delincuentes no saben qué había en la caja y tampoco podrán hacer algo con eso. “No les sirve”, expresa evitando ponerle un valor monetario al elemento robado.
Denuncia. Tras el episodio, su próximo paso fue dirigirse a la comisaría 14ª, donde le tomaron la denuncia por razones de jurisdicción. Allí contó que llegó a ver a la persona que atravesó la ventanilla del auto en segundos: “Era un hombre joven de pelo oscuro”.
De todos modos, no quedó muy conforme con la actuación policila. “Hicieron el acta y nada más”, se queja la afectada en su diálogo con La Capital e indica que en el barrio del hecho la gente contó que los robos son constantes y hasta se suelen escuchar disparos.
“Soy música, no veo los noticieros. Quizás por eso no salgo con miedo”, dice Schlaen al suplicar por su fagot. “Me sacaron un pedazo de mí”, repite para insistir en que pagará a quien se lo devuelva. En la Orquesta Sinfónica rosarina esperan tener novedades lo más pronto posible.