Mientras la altura del Paraná ya obligó a evacuar familias en Santa Fe, en Rosario no llegó aún al nivel de alerta. Con 4,78 metros, el río frente a las costas de la ciudad se ubicaba ayer unos 22 centímetros por debajo de esa marca y bastante lejos todavía de la de evacuación, que se estipula a los cinco metros y medio. De todos modos, tanto Defensa Civil como Hidráulica del municipio trabajan desde hace un mes y medio en "medidas preventivas" y de "monitoreo constante". Según afirmó ayer el titular del Centro de Operaciones de Emergencias, Raúl Rainone, el único barrio rosarino que podría sufrir las consecuencias de una crecida sería el sector del Brazo Seco del Saladillo, en El Mangrullo, donde una docena de hogares ya tiene dispuestas bolsas de arena en sus patios traseros para contrarrestar los efectos de un eventual pico.
Frente a las costas locales, la altura del río llegó recién a los 4,78 metros, cuando el nivel de alerta está fijado en 5. El Instituto Nacional del Agua (INA), incluso, estima que para el 22 de julio próximo el Paraná podrá haber crecido a lo sumo unos cinco centímetros más, todavía lejos de la marca de evacuación.
Según explicó Rainone, el nivel de alerta para la costa local traía mayor preocupación en otras épocas, cuando aún vivían muchas familias sobre la zona de barrancas.
"Refiere más bien a situaciones históricas, pero hace años que en la zona de los silos Davis no quedan más que algunas viviendas aisladas de pescadores, que en caso de creciente incluso se autoevacuan", sostuvo Rainone.
En el Mangrullo.El sector que sí quedó bajo monitoreo es el llamado brazo norte (o "seco") del arroyo Saladillo, en el barrio conocido como cortada El Mangrullo, sobre el extremo sur de la ciudad.
Se trata de un área relativamente vulnerable ante las crecidas, por lo que a una docena de familias asentadas sobre sus márgenes ya se les proveyeron bolsas de arena para que funcionen como "barreras de contención", y así logren evitar que el agua, en caso de subir más, pueda anegar la parte trasera de las viviendas.
Buen pronóstico. "Se viene trabajando preventivamente ya desde el año pasado", dijo Rainone, aunque aclaró que el pronóstico de Hidráulica es que "incluso si se llegara a cinco metros (nivel de alerta) en Rosario no tendría por qué haber evacuados".
Por ahora, ni los organismos locales ni el propio INA prevén que la histórica creciente que el Paraná viene registrando en otras zonas del Litoral pueda afectar las costas locales.
Y, de hecho, la posibilidad de inundaciones en Rosario siempre aparece más ligada a la altura del arroyo Ludueña y del canal Ibarlucea, sujetos a su vez a una cuenca cuyo comportamiento depende fundamentalmente de las lluvias.
Por eso, la altura del Paraná sólo podría complicar las cosas en caso de que se dieran fuertes precipitaciones sobre esa cuenca (lo que por ahora tampoco aparece como una hipótesis) frenando el drenaje y la desembocadura de esos cursos de agua.