Los Fabulosos Cadillacs convocaron a más de 120 mil espectadores en los dos
shows que brindaron en el Monumental del barrio porteño de Núñez el fin de semana. Después de seis
años de haberse disuelto, la banda liderada por Gabriel "Vicentico" Fernández Capello volvió a los
escenario en el marco de la gira internacional Satánico Pop Tour.
La numerosa agrupación, en el primer de sus dos shows
porteños, parecieron no poder librarse de ese aquelarre de datos que van de la apariencia a la
contradicción. Los muchachos con la dupla creativa Vicentino-Flavio Cianciarulo al frente no
terminaron de plasmar por dónde pasaba el eje de la noche en un Monumental que congregó a un
público deseoso por desatar una fiesta.
El sexteto principal que completan Sergio Rotman (saxo),
Mario Siperman (teclados), Fernando Ricciardi (batería) y Daniel Lozano (trompeta) disimuló la
emoción por el reencuentro, coqueteó con varios de sus hits, bosquejó algunas experimentaciones sin
ir al hueso y pareció preso de esas dudas grupales y estéticas.
Hacedores de una mixtura que desde fines de los 80 contagió
a todo el rock latino y aportó una nueva manera de asimilar lo diverso, los Cadillacs quedaron a
medio camino de esa leyenda en la gira con que están retornando a escena.
Hits y algo más. Tras un arranque con "Manuel Santillán, el león" y una seguidilla
de cuatro temas, entre ellos "El genio del dub", Vicentico saludó a la audiencia con la humorada
"hola hola Argenchina" (como si se tratara de un extranjero). Luego el repertorio ingresó en una
zona donde la saludable poliritmia que es marca de la banda no hizo pie.
La visita de Pablo Lescano, a quien el cantante presentó
como "el príncipe de la cumbia argentina", aportó al atractivo y festejado "Padre nuestro",
mientras que el estupendo "Los condenaditos" (de la etapa más experimental y arriesgada de LFC)
permitió que sus compañeros recordaran a Gerardo "Toto" Rotblat, fallecido en marzo pasado, y unas
canciones después insistieron con el tributo al ejecutar "La luz del ritmo" (también título del CD
que acompaña esta vuelta).
Otro buen pasaje se sostuvo entre "Calaveras y diablitos" y
"Gallo rojo" (en homenaje al Che Guevara), pero el tramo final exigía agite y entonces fue el turno
de "Gitana", "Carnaval toda la vida" y "Mal bicho".
Las 23 canciones repartidas en exactas dos horas dieron
paso a media docena de bises en los que se sumaron Mimí Maura (voz en "Vasos vacíos") y Astor
Cianciarulo, hijo de Flavio, de 11 años (batería en "Should I stay o should I go" y "Guns of
Brixton").
"Vos sabés", "Matador" y "Yo no me sentaría en tu mesa"
remataron un repertorio dispar y de irregular factura en que también tomaron parte Matías Brunell
(guitarra), Mariano "Pelado" Rosatti (percusión) y Hugo Lobo (trompetas).
En el 2009 los Cadillacs completarán una agenda con más de
medio centenar de shows en Latinoamérica, España y los Estados Unidos.